Reutemann y Verna, los socios del kirchnerismo que facilitaron la ley para de Papel Prensa

Además del aporte de santiagueños y neuquinos, el proyecto pasó el filtro de Diputados con ayuda de santafesinos cercanos a Reutemann y Obeid, el PJ pampeano, el ex vice de Romero y el mercantil Ledesma. La incógnita de los tres moyanistas.
Fueron 134 votos los que el pasado jueves permitieron aprobar en Diputados la ley para regular la producción y producción de pasta de celulosa, que apunta a controlar la operatoria de Papel Prensa S. A., la empresa controlada en su mayoría por Clarín y La Nación.

El trámite, apurado por el Gobierno en la convocatoria a sesiones extraordinarias, jamás hubiera sido posible sin el aporte de 22 aliados, no sólo de los habituales levantamanos K, sino de otros que se sumaron en una de las votaciones más importantes para el Gobierno.

El Frente Cívico por Santiago del Estero, Nuevo Encuentro y el Movimiento Popular Neuquino constituyen el primer grupo, férreo y clave para cualquier desafío parlamentario del Gobierno. Agrupan siete, cinco y tres bancas respectivamente, ocupadas al momento de votar la ley para controlar Papel Prensa.

Pero estos quince no alcanzaban para garantizar el quórum y por lo tanto la aprobación, entre otras cosas por las ausencias del jujeño Edgardo Llanos y el sindicalista Héctor Recalde, que confirmaron la dificultad de lograr asistencia perfecta en la Cámara más numerosa.

Ni siquiera fue suficiente otra ayuda de María Regazzoli y Roberto Robledo, del PJ de La Pampa, colaboradores de las causas K desde el año pasado, tras un año de ir y venir con la extinguida coalición opositora. La pelea del Gobierno por el cierre de listas con el senador Carlos Verna, nada alteró esa dinámica, sobre todo en temas sensibles para la Casa Rosada como Papel Prensa.

La lista, publicada en la versión taquigráfica de la sesión, la integran los santafesinos Celia Arena y Juan Carlos Forconi, referenciados con Carlos Reutemann y Jorge Obeid, ambos sin rumbo político definido pero que integraron el peronismo opositor hasta hace un año.

Otro voto positivo fue el de la jujeña Cristina Fiore Viñuales, del Partido Renovador Salteño, una fuerza conservadora aliada a Juan Manuel Urtubey en la elección de 2007, que lo llevó por primera vez a la gobernación.

No fue la única ayuda de esa provincia. Walter Wayar, ex vicegobernador de esa provincia cuando el que mandaba era Juan Carlos Romero, contribuyó a la victoria K.

En los últimos dos años Wayar se alejó de las estrategias de la oposición, unida en el recordado Grupo A. También apoyó la causa oficial Julio Ledesma, el mercantil de La Matanza que se apartó de De Narváez ni bien obtuvo su banca en 2009.

En la oposición no quedaron tan golpeados. “El número es justo, no podrán estar todos los días pensando en ganar votaciones”, evaluó ante LPO un diputado opositor que dedicó sus últimos dos años a contar votos para el Grupo A.

A los 134 se llegó con la ayuda de Facundo Moyano y Omar Plaini, los dos miembros del oficialismo alineados a Hugo Moyano, quien el mismo día de la sesión rompió relaciones con el Gobierno.

El trámite de Papel Prensa demostró también que no todos los aliados están dispuestos a embanderarse en cada pelea que la presidenta traslade al parlamento. Se abstuvieron Felipe Solá, Raúl Rivara y Roberto Mouillerón (Unión Peronista); y nunca llegaron a votar los cordobeses Francisco Fortuna y Estela Garnero, el primero cercano a José Manuel De la Sota y la segunda al ruralismo de la provincia mediterránea. Tampoco se mostró en la votación a Jorge Alberto Garramuño, del Movimiento Popular Fueguino.

El mal final que tuvo el Grupo A desanima hoy cualquier unión opositora, aunque los números, en casos así, permitan avizorar algún zarpazo. “Difícil que nos juntemos para llegar al mismo lugar, pero tal vez nos encontramos”, repiten.

Fortuna y Garnero, por ejemplo, impulsan un proyecto para obligar al Gobierno a girar automáticamente a las cajas previsionales el porcentaje que hoy retiene de la coparticipación federal para nutrir las arcas de la Anses.

La iniciativa obtuvo 100 adhesiones –la media de votos de la oposición en su debut de este período- pero podría multiplicarla si llega al recinto. O al menos obligar a varios miembros del bloque K a explicar porque no permiten que llegue al Senado.