Macri le bajó el pulgar al túnel bajo la 9 de Julio

Finalmente, la obra faraónica pensada para conectar las autopistas Illia y 25 de Mayo y aliviar el paso de unos 10 mil autos por la avenida en hora pico, no será el mayor logro de la segunda gestión del PRO en la Ciudad. El jefe de gobierno considera que es "muy caro y muy complejo".
Mauricio Macri quería que el túnel bajo la avenida 9 de julio se convirtiera en la obra más importante de su segundo mandato.

La iniciativa significaba la construcción de una autopista subterránea para tránsito liviano para unir las autopistas Illia y la 25 de Mayo y de esta manera descomprimir el tránsito en la superficie.

El proyecto, que venía demorado desde hace un par de años por un recurso judicial, nunca le cerró económica y logísticamente al jefe de gobierno, que ahora decidió bajarle el pulgar, pese a la insistencia del ministro Daniel Chaín (Desarrollo Urbano), que había invertido fuertemente en estudios de factibilidad.

El objetivo del emprendimiento, además de liberar la 9 de Julio para el transporte público, era aliviar el paso de unos 10.000 vehículos en hora pico.

A pesar de los anhelos del PRO, el proyecto siempre tuvo Tras el anuncio oficial de la obra en 2009, la legisladora K María José Lubertino presentó un amparo rechazando la carencia de estudios previos de impacto ambiental. La Justicia hizo lugar a los reclamos y frenó la obra.

Además, pesaba sobre la obra otro amparo presentado por el ibarrismo, que cuestionaba que la construcción estuviera a cargo de la empresa estatal Autopistas de Buenos Aires (AUSA), como un mecanismo para que el proyecto esquivara el control de la Legislatura.

Pese a ese contexto adverso, luego de definir que iría por la reelección, Macri dio la orden de reactivar el proyecto. Pero en las últimas semanas, el ingeniero dio marcha atrás con la inicitativa. “Es muy caro y muy complejo”, suele repetir en las reuniones.