Crece la pelea entre La Cámpora y De Vido por Aerolíneas

Algunos rumores indican que el ministro de Planificación buscaría retomar el control de la compañía aérea, que perdió con la designación de Mariano Recalde en 2009. El malestar de lo sindicatos del sector.
El ala juvenil del gobierno de Cristina Kirchner, la agrupación La Cámpora, empezó a generar fuertes tensiones en la Casa Rosada por su modelo de gestión en Aerolíneas Argentinas-Austral. Se enfrentó con los antiguos gerentes, no cierra la pelea con los seis sindicatos del sector y desencadenó una sorda disputa con el ministro de Planificación, Julio De Vido, que debió transferir 518 millones de dólares en subsidios -en lo que va de 2011- para cubrir el déficit de la empresa, que a fin de año alcanzaría los 700 millones de dólares.

Las dos empresas pierden casi 1,9 millones de dólares por día, según los números oficiales de ejecución presupuestaria. El presidente de Aerolíneas, Mariano Recalde, asumió el 16 de julio de 2009 y reemplazó con líderes de La Cámpora a casi todo el personal jerárquico de carrera que dirigía las gerencias económicas, financieras, comerciales, logísticas, operacionales y legales.

Hasta la gestión de Recalde, De Vido controlaba Aerolíneas . La conducción de Julio Alak, actual ministro de Justicia, le respondía en forma incondicional. El envío y control de subsidios lo tenía el secretario de Coordinación de Planificación, Roberto Baratta. "Desde que entró Recalde, De Vido gira la plata pero no la controla", confió a LA NACION un conocedor de esa relación. "Además, Recalde nombró gente que le responde a él y no a De Vido; la relación se desgastó", agregó el informante.

Consultados los voceros del Ministerio de Planificación Federal, sin embargo, aseguraron que "la relación es buena y Recalde sigue la política del Gobierno y de la Secretaría de Transporte".

Un rumor en el Gobierno indica que De Vido buscaría retomar el control de Aerolíneas, pero en Planificación dijeron que "la Presidenta es quien dispone de todos los cargos".

Pero Cristina Kirchner también está preocupada por la futura operatividad de la aerolínea de bandera y la conflictividad sindical, según pudo saber LA NACION.

En los últimos dos años se incorporaron a la empresa 2300 agentes. Consultada para esta nota, el área de prensa de Aerolíneas Argentinas no respondió. Los antiguos gerentes quedaron relegados aunque a algunos se les mantuvo el cargo, sin función, y se crearon gerencias en espejo con las anteriores.

Así, el gasto levantó vuelo. De enero a septiembre de 2011, Planificación transfirió 2100 millones de pesos de subsidios sólo para gastos corrientes (sueldos, combustible, insumos) y nada más que 23 millones para inversiones de capital (por caso, compra de aviones).

A un promedio anual de 4,10 pesos por dólar, la pérdida de la empresa fue de 518 millones de dólares. De Vido debería cubrir a fin de año un déficit de más de 700 millones. En 2008 esos subsidios fueron de 297 millones de dólares; en 2009, de 674 millones; en 2010, de 583 millones.

Según un informe de la empresa (que no presenta balances desde julio de 2008), la pérdida fue de 486 millones en 2010.

Tal como adelantó LA NACION hace dos semanas, la revista norteamericana Air Transport World ubicó a Aerolíneas como la tercera empresa aérea que más pierde en el mundo.

En mayo pasado, Recalde y su subgerente, Axel Kicillof, informaron en el Congreso que el déficit de 200 millones de dólares para 2011 según el plan de negocios diseñado por éste último, sería en rigor de 387 millones. El drenaje de fondos podría casi duplicarse. Aquel plan indicaba que, en 2012, Aerolíneas se autofinanciaría.

El poder de La Cámpora lo ejercen Recalde, gerente general; Kicillof, sugerente y administrador económico y financiero; Eduardo "Wado" De Pedro, director; Juan Pablo Lafosse, gerente comercial (venta de pasajes); Javier Rodríguez, director de Programación de Vuelos, y Rodrigo Cuesta, que controla el área Legales.

Todos reemplazaron a antiguos directivos. Bajo el mando de Kicillof operan los camporistas Lucas Bergman (Compras), Sergio García Gómez (Flota y Reestructuración Financiera), Nicolás Cavela (Compras Generales), Christian Landriscina (Material Aeronáutico) y Fernando Valentini (Reestructuración Financiera), entre otros.

En la venta de pasajes, Lafosse desplazó a Jorge Miglioranza, transferido a París como gerente de esa sucursal. Administra la venta de pasajes y paquetes con Despegar.com. El abogado Rodrigo Cuesta reemplazó en Legales a Gabriel Pérez Junqueira, que fue despedido.

Cambios

En 2009, Recalde despidió al gerente de Operaciones (vuelos), Guillermo Ballesteros, y nombró al camporista Germán Airaldo. Ballesteros fue repuesto en 2010, tras un conflicto gremial, por supuesta presión de Jorge Pérez Tamayo, del sindicato de pilotos (APLA). Igualmente Airaldo quedó por encima de Ballesteros y controla el sector.

"Ahora, yo respondo a Pérez Tamayo y no a Recalde", dicen que dijo Ballesteros. La relación de los sindicatos con La Cámpora es difícil pese a que Recalde ingresó con apoyo del jefe de la CGT, Hugo Moyano, amigo de su padre, el abogado y diputado Héctor Recalde. La Cámpora, que se hizo fuerte en el noveno piso de Bouchard 547, tiene respaldo político de Cristina Kirchner, de su hijo Máximo Kirchner, y de Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica de la Presidencia.

Los descalabros económicos generan en el Gobierno reclamos internos para emprolijar la gestión de Aerolíneas.

El malestar alcanza a los seis sindicatos del sector, sean kirchneristas o no: pilotos de Aerolíneas (APLA) y de Austral (UALA), personal aeronáutico (APA), azafatas (AAA), personal superior (UPSA) y técnicos (APTA).

"La preocupación general, pese a los sueldos altos, es que los cambios pueden hacer inviable la compañía en el mediano plazo", dijo un vocero gremial.