Aníbal Fernández se recluye golpeado por el caso Sobrero

La liberación de Rubén Sobrero y las declaraciones del juez federal Juan Manuel Yalj, quien aceptó que las pruebas eran "endebles", dejaron muy mal parado al jefe de Gabinete Aníbal Fernández, que ahora se convirtió en el blanco perfecto de la interna que vive el oficialismo. La nueva puja entre el peronismo tradicional y los kirchneristas puros.
La detención de Rubén "El Pollo" Sobrero, jefe del cuerpo de delegador del Ferrocarril Sarmiento, volvió a mostrar que en el oficialismo ya se desató una feroz interna. Como suele suceder en el peronismo, cuando no hay una oposición fuerte, las peleas se dan puertas para adentro. Y, sin duda, el mayor herido de esta batalla fue el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

Pocas horas después del arresto de Sobrero, Aníbal Fernández salió por todos los medios para apoyar la actuación del juez, alegando que existían "elementos contundentes" y "semipruebas plenas" para ordenar esa medida. "Su estudio, su trabajo e investigación lo han llevado a un punto que los elementos son tan contundentes para suponer que la semiplena es concreta", aseguró.

Pero sus palabras nos alcanzar a convencer a un amplio y diverso grupo de sectores que salieron rápidamente a oponerse a la detención y a pedir la libertad para el delegado ferroviario. El primero fue el propio Hugo Moyano, que junto a Julio Piumato sacó un comunicado titulado "En la Argentina, los únicos que van presos son los dirigentes sindicales".

También la CGT disidente y las dos facciones de la CTA expresaron su indignación. Sin embargo, las mayores objeciones a la expresaron el Movimiento Evita, y sobre todo el CELS, que es encabezado por Horacio Verbitsky -de relación muy estrecha con la ministra Nilda Garré. Este sector más ligado al "progresimo kirchnerista" cuestiona del jefe de Gabinete por su relación con lo peor del peronismo bonaerense y los negocios de esos dirigentes con "La Maldita Policía".

No es casual que luego de los incidentes en el Parque Indoamericano, la Presidenta haya creado el ministerio de Seguridad -que quedó en manos de Garré- y le haya sacado el control de la Federal a Aníbal Fernández.

Pero las declaraciones del propio Sobrero lo dejaron en el centro de la escena al jefe de ministros. Al salir del Departamento Central de la Policía, el gremialista dijo: "Al señor Aníbal Fernández le pido que me deje de seguir, que se deje de joder. Hace tres años que me quiere meter preso y no puede".

Y agregó: "Esto fue armado, fue una cama bien clara. Pero se quedaron sin nafta. Me preocupa mucho que algunos funcionarios conozcan la causa antes que mi abogado".

Lo cierto es que después de la liberación, Fernández eligió llamativamente el silencio. En el Gobierno aseguran que esperará algunos días hasta que se enfríe la polémica y luego planteará que, aunque pudo recuperar su libertad, Sobrero de todos modos quedó imputado en la causa como presunto responsable de la quema de los trenes del 2 de mayo.