Debate: ¿Es necesaria la Ley de Extranjerización de Tierras?

Los especialistas en el tema remarcan que la Argentina no dispone de ningún registro que permita verificar la cantidad de tierras productivas en manos de extranjeros. Es decir, los diputados comenzaron a debatir sin un diagnóstico concreto de la situación. Los vacíos del proyecto oficial y la presencia de magnates en el país.
Éste miércoles finalmente diputados oficialistas y de diferentes fuerzas de la oposición se reunieron para debatir la posibilidad de implementar una legislación tendiente a restringir la adquisición de tierras rurales por parte de extranjeros.

Si bien hasta el momento todos los legisladores coinciden en que es necesario regular el acceso a la tierra productiva (aunque no coinciden en el cómo), en los últimos días aparecieron algunas voces que criticaron las iniciativas existentes sobre el tema.

Tal es el caso, por ejemplo, de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales. “Todos creen que hay un proceso de extranjerización, pero lo cierto es que la tierra se está argentinizando”, comentó a La Política Online su presidente Roberto Frenkel Santillán.

“Los argentinos no tenemos tanto dinero y hay muchas zonas del país que necesitan inversión extranjera para generar desarrollo y riqueza. Lo que necesitamos es que esa inversión sea sana y que no sea extractiva”, explicó el especialista.

Frenkel Santillán, asimismo, lamentó que la Cámara de Inmobiliarias Rurales que él representa no haya sido consultada por los diputados para tratar el proyecto. “Ninguno de los operadores del mercado inmobiliario fuimos consultados al respecto”, apuntó.

Una de las principales limitantes de la Ley es que la Argentina no dispone de ningún registro nacional ni provincial que permita verificar la cantidad o el porcentaje de tierras productivas en manos de extranjeros.

Es decir, no existe un diagnóstico concreto sobre el tema en cuestión, aunque el proyecto oficial prevé que todos los extranjeros propietarios de tierras tendrán unos 180 días para “denunciar” sus posesiones al Estado una vez que se promulgue la iniciativa.

Por su lado, otro que también criticó el proyecto es el empresario agropecuario Gustavo Grobocopatel. “En los países proveedores de alimentos, tener una Ley exclusivamente a la propiedad de la tierra no tiene mucho sentido”, dijo.

“La Argentina tendría que estimular la producción y colocar productos con mayor valor agregado que generen más trabajo. Una limitación a la entrada de inversión, limita la capacidad de reacción de los argentinos”, agregó, polémico, el empresario.

En tanto, un informe del Banco Mundial asegura que la “extranjerización de tierras” suma ya más de 46 millones de hectáreas en todo el mundo, especialmente en los continentes África y Latinoamérica.

Los vacíos de la Ley

Una de las observaciones es que el proyecto oficial incluye en la restricción de compra a las “personas físicas de nacionalidad extranjera, tengan o no su domicilio en territorio de la Nación Argentina”. Y esto contradice lo establecido en la Constitución Nacional.

La iniciativa además establece un límite de compra de 1000 hectáreas para las tierras rurales que puedan estar en manos de un mismo titular extranjero. Pero en el debate se indicó que el límite debe estar sujeto a las condiciones particulares de cada zona.

En este sentido, el diputado de la Unión Cívica Radical por Formosa, Ricardo Buryaile, presentó su propio proyecto que se diferencia del oficial en el hecho de que éste deja en manos de las provincias la fijación de dichos límites.

“Si bien es un proyecto con características similares al oficial, es superador del mismo, ya que se basa fundamentalmente en principios federales y que propicia la participación de las provincias”, explicó a este medio el legislador radical.

“Buscó principalmente proteger la tierra como recurso estratégico natural para el desarrollo económico, humano y social, y favorecer las inversiones extranjeras responsables que potencien el desarrollo de las provincias argentinas”, agregó.

Al mismo tiempo, el proyecto kirchnerista tampoco contempla restricciones a las compras de tierras de frontera (sólo indica que esas operaciones deberán contar con “el consentimiento previo del Ministerio del Interior”).

Los extranjeros en la Argentina


Si bien no existen datos oficiales, en nuestro país los principales magnates extranjeros dueños de grandes porciones de tierras son, entre otros, Douglas Tompkins, Joe Lewis, Ted Turner y Luciano Benetton.

Los Esteros del Iberá (una de las reservas de agua dulce más grandes del mundo) cuenta con aproximadamente 1.450.000 de hectáreas. El dato es que el que posee la mayor superficie es una fundación llamada Conservation Land Trust, cuyo titular es Douglas Tompkins (en total se estima que tiene alrededor de 179.000 hectáreas en esa región).

Otro pez gordo en el negocio es el italiano Luciano Benetton, propietario de la famosa multinacional que comercializa ropa. Éste empresario se estima que posee alrededor de un millón de hectáreas en la Patagonia.

Por su lado, el magnate financista británico Joe Lewis tendría unas 18.000 hectáreas en la provincia de Río Negro, mientras que el dueño del multimedios global Ted Turner sería propietario de unas 5000 hectáreas en Neuquén y Tierra del Fuego.