En la Capital se define la pelea final por la gobernación de Córdoba

Concentra el 40% del electorado y es el bastión tradicional de Luis Juez. En 2007 allí vapuleó a Schiaretti pero perdió la provincia, perjudicado por su escasa inserción en el interior. Los juecistas dicen que no tendrán problemas en repetir esa performance, pero en el PJ aseguran que su crédito cayó, perjudicado por su sucesor, el ahora kirchnerista Daniel Giacomino.
La relación de Luis Juez con la Ciudad de Córdoba es el interrogante que definirá la elección de la provincia de ese nombre, en la que el senador disputa contra José Manuel de la Sota y el radical Oscar Aguad.

Encuestas en mano, por estas horas todos ofrecen la respuesta que necesitan: los delasotistas aseguran que Juez ya no es profeta en su tierra y sólo podría ganar por un puñado de puntos; mientras que los juecistas se animan a pronosticar un caudal de votos similar al de 2007, cuando en la capital ganó por más de 20 puntos y alcanzó el 47% de los votos.

No le alcanzó para ser gobernador porque cayó con creces en todo el interior provincial pero aún así quedó a sólo 7000 votos de festejar. Dos años después los capitalinos le dieron un 10% menos de votos en la legislativa que igual le alcanzaron para triunfar.

“Las elecciones legislativas no son lo mismo. Nadie nos quitó el crédito: vamos a ganar por más de 20 puntos”, confía uno de los operadores directos de Juez.

Hay un dato novedoso: los juecistas y delasotistas coinciden en que el senador del Frente Cívico sólo puede consagrarse si triunfa por 15 o 20 puntos en la ciudad principal.

Cerca del senador confían en una mejor performance en las zonas rurales. “Juntamos 2000 personas en Río Cuarto y San Francisco cuando antes era imposible. Esas cosas cuentan”, afirman.

Pero la pelea grande es en la capital y, alineados, los delasotistas repiten el mismo argumento para explicar que Juez ya no es lo que fue: “Giacomino destapó su pésima gestión como intendente, donde nombró a 4000 empleados y no levantó una obra. Y la gente lo advirtió”.

Daniel Giacomino, intendente y candidato a diputado nacional por el kirchnerismo, es la piedra en el zapato del Frente Cívico cordobés en la tierra que los hizo grandes. Llegó a la intendencia hace cuatro años como paladín de Juez pero al poco tiempo se alineó con la Casa Rosada hasta definirse como un soldado de la presidenta.

Los juecistas dicen que no se pagará más costos por él, como ocurrió en 2009, pero en el PJ creen que su actuación los beneficia, “porque la gente ya no confía en Juez”.

Como en Santa Fe, en Córdoba Cristina creció mucho en las encuestas hasta llegar a casi el 30% de imagen positiva, pero no lo trasladó directamente a ningún candidato. Con ese caudal buscará imponer la lista de diputados nacionales que anotó por el Frente para la Victoria e integran Fabián Francioni, por Nora Bedano, Mónica Gutiérrez (titular de la Anses en Córdoba) y Giacomino.

De la Sota se enfrentó a la Casa Rosada cuando intentaron imponerle al vice, pero en llas últimas semanas ensayó un tácito acercamiento que, si triunfa, lo completaría bajando la lista de diputados del PJ liderada por Carlos Caseiro, quien no tiene más de un10% de nivel de conocimiento, según los sondeos cordobeses.

Los dos candiatos que se presentaron como delegados del Gobierno nacional casi no hay tenido visibilidad. Son Eduardo Fernández, quien compite con el sello de Nuevo Encuentro; y Rumie Vittar, del Partido Intransigente.

Engaños y complicidades

Las especulaciones son difíciles en un electorado volátil como el de todas las capitales, donde también se espera un repunte de la UCR a través de Oscar Aguad, quien comenzó su campaña en febrero con el 16% y ahora en su bunker se animan a pronosticar que estarán cerca del 30.

Mucho mejor, dicen en la UCR, hubieran estado si la elección por las autoridades de la capital serían simultáneas y la hileara radical de la boleta única tuviera también al Ramón Mestre.

Pero se realizarán el 18 de septiembre por un decreto que firmó Giacomino con el único objetivo de impedirle a Juez arrastrarle votos s un candidato suyo. De la Sota también quedó favorecido por esa decisión ya que evitó meterse en la dura interna peronista para definir al intendente de la capital, por la que disputan su ex mujer de su jefe, Olga Riutort y el ex basquetbolista Héctor Campana.

"Hubiera sido peor que sean antes y no pudiéramos instalar un candidato. Que sean simultáneas no nos cambiaba nada porque la gente ya no vota por arrastre", desdramatizan desde el juecismo. El candidato que hasta ahora presentó Juez en Capital es Esteban Dómina, ex ministro de Gobierno de De La Sota.

En este escenario, se especula con que a De la Sota le sentaría bien un triunfo de la UCR que le despeje el camino en el PJ y le quite fuerza a su ex mujer. Extrañamente, Riuttort comenzó a ganar terreno en el partido cuando se divorció, sentida por el romance de De la Sota con su entonces ministra de Producción Adriana Nazario, con quien ahora vive en Río Cuarto.

Además que la pelea semántica, De la Sota intentó recuperar algo de imagen en la capaital con una minuciosa campaña publicitaria diseñada por Ramiro Agulla, que tuvo afiches sin su apellido, casi como para ocultar de quien se trataba.

Lo ayudó el gobernador Juan Schiaretti con un ambicioso plan de obras públicas que incluyó la construcción de un centro cívico. Mañana se sabrá si esa inversión no fue en vano.