Santa Fe: cómo se hace fraude con el sistema de boleta única por categoría

El mecanismo consiste en elecciones individuales por cada cargo a elegir. Impide el robo de boletas y limita el arrastre en los cargos legislativos. Pero en su debut ya hubo maniobras para anular votos y un sofisticado sistema de clientelismo político.
También en los sistemas electorales, una vez hecha la ley aparecen las trampas, tanto o más complejas y diagramadas que las propias normas. El mejor ejemplo es Santa Fe, donde al método de boleta única por categoría implementado para aportar trasparencia ya cuenta con nuevos artilugios que lo hacen vulnerable.

El mecanismo, vigente en varios países de la región, debutó en la interna y consiste en una boleta diferente por cada cargo electivo a elegir, cada una con su propia urna en la mesa. La papeleta contiene todos los candidatos, identificados con nombre y foto, y el elector debe seleccionar a uno de ellos con una cruz.

Así se pretende evitar el robo de boletas que suele denunciarse mediante el sistema tradicional. Y se fomenta las elecciones legislativas que dejan de estar sujetas a las performances de las ejecutivas.

Pero en las primarias quedó demostrado que esos beneficios no lo hacen infalible. Por el contrario, ya es conocida una fácil forma de robar votos que confirma que cada fuerza deberá expandir la mayor cantidad de fiscales posibles por las 7230 mesas.

Si eso no ocurre, a la hora del recuento de votos puede ocurrir que un fiscal marque una segunda cruz en la boleta. En ese caso el voto queda nulo, restándole a la fuerza elegida.

En el Pro aseguran que durante la primaria en las mesas lo más frecuente eran boletas con una cruz en el ítem de voto en blanco, que eliminaba inmediatamente el sufragio original.

Cuentan además que el 22 de mayo fueron testigos de un particular sistema de clientelismo electoral. Consistía en fotografiar la boleta en el cuarto oscuro luego de marcada la cruz con un teléfono entregado afuera del colegio por un puntero, quien así podía comprobar la fidelidad del votante y pagarle por los servicios prestados.

Sólo con esta secuencia los punteros pueden conservar el control de sus protegidos, impedidos ya de marcar el sobre para corroborar la fidelidad que tuvieron.

Por la intensa fiscalización, los apoderados esperan para el domingo un extenso escrutinio que impedirá tener datos oficiales hasta varias horas después de las 18 horas. En ese lapso, los votos se pelearán con uñas y dientes.