Ciccone ahora dice que tiene el visto bueno de Boudou para imprimir billetes

Los directivos de la firma aseguraron que consiguieron el aval del ministro de Economía, Amado Boudou, para imprimir billetes. Lo dijo el titular de un misterioso fondo de inversión -vinculado al kirchnerismo- que se quedó con la planta de Ciccone, en un trámite plagado de denuncias judiciales.  
El escándalo de la falta de billetes que monopolizó la agenda del verano, podría estar a punto de terminar una sinuosa parábola que lo une con una tortuosa pelea empresarial: la puja por la planta de Ciccone Calcografica, la más avanzada del país.

Es que la falta de billetes se vinculó con un tortuoso proceso de licitación en el que se excluyó a la firma Boldt que se había presentado para imprimir billetes, para darle el negocio a la Casa de la Moneda de Brasil, con el argumento que Ciccone no tenía la capacidad operativa para hacerlo en los tiempos que exigía la coyuntura. Luego la realidad comprobó que la Casa de la Moneda de Brasil tampoco.

La historia de Ciccone es un ejemplo más de las prácticas que campearon durante el ciclo kirchnerista, en el que una serie de empresas terminaron rendidas en manos de allegados al Gobierno, luego de sufrir interminables conflictos sindicales y ahogos económicos.

En este caso, contradiciendo toda la propia doctrina kirchnerista de privilegiar la conservación de los puestos de trabajo, la AFIP mandó a la quiebra a Ciccone por una deuda impositiva. Ahí ingresó Boldt –otra de las grandes firmas que hacen papel de seguridad-, que luego de pujar con la Casa de la Moneda logró quedarse con el alquiler de la plata modelo de Ciccone, asegurando la mayoría de los puestos de trabajo. Para potenciar esa planta fue que se presentó en la licitación para la impresión de billetes, de la que fue excluida por el Banco Central.

En el medio apareció un misterioso fondo llamado The Old Fund, cuyor reales propietarios se esconden detrás de una maraña de sociedades en paraísos fiscales. Este fondo logró algo increíble: con la misma celeridad que la AFIP mandó a la quiebra a Ciccone, ahora aceptó un acuerdo leonino para el Estado en el que le condonaba gran parte de su deuda impositiva y le levantó la quiebra.

Una vez levantada la quiebra, The Old Fund se quedó con el 70 por ciento de la compañía y comenzó a presionar para recuperar la planta. “Es de manual, a los Ciccone primero los pusieron contra las cuerdas y luego los obligaron a malvender la empresa”, afirmó a LPO una fuente del mercado.

Cumbre en Paseo Colón

El miércoles pasado poco después de las tres de la tarde, en la mítica sede de Paseo Colón del sindicato de gráficos que lidera Raimundo Ongaro, se desarrolló una reunión clave en esta historia argentina.

Allí se presentó por primera vez ante los líderes del sindicato y los delegados de la planta de Ciccone, Alejandro Vanderbroele, el “presidente” del misterioso fondo The Old Fund. Con dificultades para expresarse de manera fluida y sin el carisma necesario para una situación como la que tenía que afrontar, este ejecutivo intentó tranquilizar a los delegados, preocupados por el futuro de la planta porque el 27 de agosto termina el alquiler que negoció Boldt.

“Quedense tranquilos en una semana sacamos a Boldt de la planta, el tema judicial esta bien encaminado”, afirmó Vanderbroele y lanzó su carta fuerte: “Ya tenemos el visto bueno del ministro Boudou para imprimir billetes, ni bien recuperemos la planta el Central no va a contratar”, afirmó.

De ser ciertas estas palabras, Vanderbroele y los misteriosos dueños del fondo The Old Fund, habría conseguido que el Central les de lo que le negó a Boldt. No es un secreto que en la Casa Rosada creen que esta compañía de Tabanelli es “duhaldista” y de allí que estos recelos políticos se mezclen con oportunos negocios de allegados al poder.

Sin embargo, la promesa de Vanderbroele olvida un pequeño detalle: la presidencia del Banco Central la ejerce Merecdes Marcó del Pont, que mantiene una relación zigzagueante con Boudou.

Pero también es cierto que el ministro de Economía tiene dos hombres en el Central: el gerente General, Benigno Velez, de que estaría distanciado por estos días; y el director Sergio Chodos, su verdadero hombre de confianza en esa institución. En las próximas semanas se verá si el vaticinio de Vanderbroele estaba bien encaminado.