Qué hay detrás del interminable bloqueo aceitero chino a la Argentina

El conflicto con el gigante asiático por el aceite de soja cumplió un año sin resolverse. En varias oportunidades funcionarios kirchneristas intentaron mostrar como un éxito las negociaciones con el gobierno chino. Pero la realidad es que todos los intentos fracasaron rotundamente. Así, desde octubre del año pasado se frenaron definitivamente las ventas del producto y nada indica que puedan restablecerse en el corto plazo. El paso a paso de la pérdida de un mercado de enorme relevancia para el país.
En las últimas semanas varios medios de comunicación han vuelto a hablar, escribir y especular sobre el bloqueo por parte del gobierno central de China a la Argentina en lo que respecta a las exportaciones de aceite de soja.

El conflicto -que increíblemente ya lleva un año sin poder resolverse definitivamente- está generando mucha preocupación e incertidumbre, no sólo en el sector exportador argentino, sino también en el seno del Gobierno nacional.

Y no es para menos: desde octubre del año pasado, luego del supuesto éxito de una serie de negociaciones entre ambos gobiernos para destrabar la situación, no se registraron más operaciones de venta del producto a China.

En medio de tanta desorientación, La Política Online se contactó con varias fuentes de diversos sectores involucrados para intentar aclarar un poco qué es lo que efectivamente está ocurriendo con el producto que más divisas genera al país.

“Hay un problema de política comercial entre los gobiernos de ambos países, no es una discusión sobre el producto en sí”, comentó Alberto Rodríguez, director ejecutivo del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).

“Las autoridades (del gobierno argentino) conocen perfectamente cuál es el estado de situación, y que nosotros sepamos no ha habido ninguna modificación en lo que se refiere a la relación comercial”, agregó, preocupado, Rodríguez.

En otras palabras, “los problemas comerciales” a los que hacen referencia las fuentes consultadas son las medidas anti-dumping orientadas a restringir el ingreso al mercado local de diversos productos de origen chino a nuestro país. Sin embargo, fuentes oficiales explicaron que esas medidas se enmarcan en los procesos de la OMC y señalaron que los motivos del cese de compra de aceite de soja por parte de los chinos, es que la potencia asiática tiene en estos momentos excedentes de la oleaginosa.

Las fuentes explicaron que la alta capacidad de molienda que ha instalado China desde un tiempo a esta parte hace que dejen de comprar aceite para procesarlo directamente en su país en base al grano de sus propias cosechas. Hasta hace poco estaban comprando grano, pero con el aumento de la soja se le dispararon los costos y cancelaron también estas operaciones.

Esto, explican las fuentes, se vio reflejado en la evolución de los registros oficailes que indican que en enero y febrero hubo algunas operaciones, pero obviamente de menor cuantía que las de diciembre.

Como sea, desde la embajada del gigante asiático aprovecharon para afirmar que su país mantendrá el bloqueo al aceite de soja hasta que el Gobierno nacional se decida a levantar las restricciones impuestas a la entrada de productos provenientes de esa nación. Eso, pese a la pasada promesa del ministro de Comercio Cheng Deming, a las autoridades argentinas de reanudar las compras de aceite de soja.

Para el analista internacional Jorge Castro “estos problemas se originan porque el poder político argentino toma decisiones de comercio internacional subordinadas a las necesidades de la política doméstica”.

“Sin la soja, la presencia de la Argentina en el mercado chino queda completamente circunscripta a un papel secundario, al tiempo que China continúa profundizando sus relaciones comerciales con el resto de los países de Sudamérica”, explicó Castro.

El analista hace referencia a que China se vio obligada a aumentar las compras de aceite de soja a Brasil y Estados Unidos para suplir la ausencia del mercado argentino (además la nación asiática tiene en la actualidad acuerdos de libre comercio con Chile y Perú).

El paso a paso del bloqueo


En abril del año pasado (hace un año), las autoridades del gobierno chino decidieron dejar de comprar aceite de soja de la Argentina por una serie de medidas que tomó el Gobierno nacional para restringir el ingreso de productos de ese país.

Casi de inmediato, el tema comenzó a salir en los medios de comunicación y desde el oficialismo se vieron obligados a tomar cartas en el asunto para intentar, al menos, demostrar un cierto grado de interés en resolverlo.

Así fue como el ex canciller Jorge Taiana inició una serie de negociaciones que eran mostradas como un éxito por los funcionarios kirchneristas (lo cierto es en medio de este conflicto, Taiana decidió renunciar a su cargo).

En junio de 2010 una importante delegación compuesta por numerosos funcionarios de Cancillería y del Ministerio de Industria de la Argentina visitaron China para destrabar la situación, aunque también en este caso regresaron con las manos vacías.

Hasta que a principios de julio la presidenta Cristina Kirchner viajó a China para firmar diversos acuerdos comerciales y, entre otros aspectos, intentar resolver el conflicto existente en torno a las exportaciones de aceite de soja.

Al advertir la rotunda negativa de los chinos, la primera mandataria argentina aseguró que “hay que desojizar la relación con China”, y abrió una serie de especulaciones interminables que aumentaban día a día.

Los funcionarios que se quedaban en el país tampoco ayudaron a resolver el conflicto.

Frustrado por el nulo avance de las negociaciones con China, en ese mismo mes de julio el Gobierno mandó al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, a la India a que intente incrementar las ventas de aceite de soja a ese país.

Así llegamos al mes de octubre e inesperadamente mediante una comunicación oficial el gobierno chino anunció que volvería a comprar aceite de soja. Si bien el anuncio se efectivizó, “se trató de algunos embarques puntuales”, dicen desde el sector exportador.

En el mes de noviembre finalmente llegó a nuestro país por primera vez en la historia una delegación china encabezada por el ministro de Agricultura, Han Changfu. El encuentro fue mostrado como un éxito y nunca más se volvió a hablar del tema hasta estos días en los que quedó en evidencia el verdadero fracaso de las negociaciones.