Los negocios del juego de Angelici dispararon una pelea en el bloque del PRO

Este mediodía, el tradicional almuerzo del bloque macrista que se organiza los días jueves terminó de forma abrupta y con una discusión a los gritos entre los legisladores Ocampo y Ritondo. Es que el dictamen que ayer se firmó en la comisión de presupuesto sobre el Convenio del Juego en la Ciudad generó malestar y mucho nerviosismo entre los legisladores que responden al "Tano" Angelici.
La comida les quedó atragantada a varios diputados del PRO este mediodía. Es que el tradicional almuerzo de los jueves que comparten los integrantes del bloque en el restaurante de Hipólito Yrigoyen, esta vez, terminó a los gritos; y lo que había empezado como una ligera discusión entre los legisladores Martín Ocampo y Cristian Ritondo culminó en una discusión feroz.

El motivo de la pelea: el dictamen que ayer se firmó en la comisión de Presupuesto y que establece que el dos por ciento del ingreso que obtiene la Ciudad por el Convenio del Juego irá a las arcas del Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar de la Argentina (Aleara), el gremio conducido por el diputado denarvaísta Daniel Amoroso.

Este dos por ciento equivale a unos 4 millones de pesos al año. La iniciativa partió de un proyecto de la legisladora de Unión Federal, Mónica Lubertino y en los últimos diez días obtuvo dictamen en la comisión de Legislación del Trabajo y ayer, de Presupuesto.

No es ningún secreto que esta cesión molesta, y mucho, al conocido como “el zar del juego macrista”, Daniel “Tano” Angelici. Más aún luego del enfrentamiento que tiene con Aleara en la provincia de Buenos Aires.

Por ese motivo, la reacción del legislador Martín Ocampo –hombre de Angelici- muy enojado con el avance de esta iniciativa. “Les pedí que no trataran este tema y ahora me entero que ya tiene preferencia para el 28 de abril”, reclamó el diputado e increpó directamente a Ritondo –amigo personal de Amoroso- a quien acusó de defender los intereses de “un traidor” (en alusión al pase del diputado a las filas de Francisco De Narvaez).

La discusión fue subiendo de tono y casi llegó a las trompadas. En un rapto de furia, Ocampo se dirigió hacia la puerta y desde allí, muy enojado y a los gritos, le ordenó a la legisladora de su espacio Raquel Herrero que se fuera del restaurante con él. “Vamos, te dije que nos vamos”, la llamó en un modo brusco, que además generó el malestar de las diputadas presentes. Oscar Zago, el otro legislador que pertenece al sector, no estaba hoy en el almuerzo.

En la sesión de esta tarde, el mal clima que se respira dentro del bloque se hizo imposible de ocultar. Es que este conflicto abrió una grieta profunda en una sociedad que funcionó muy bien durante todo el último año: la unión de los diputados que responden al Tano y la conducción política del espacio comandada por Ritondo y por Oscar Moscariello.