¿Adiós al asado? El corte más popular promedia los 50 pesos

El corte emblemático del asadito de los fines de semana de la mayoría de las familias argentinas se está convirtiendo en un plato de lujo. En las carnicerías más populares se vende a no menos de 35 pesos por kilo. Pero en los barrios porteños más acomodados oscila entre los 40 y 60 pesos. Mientras que en los supermercados, las carnes envasadas de cabañas premium rondan los 100 pesos. Los argentinos ya redujeron a casi un tercio su consumo anual de carne roja.
Cuando el Gobierno nacional decidió en 2006 intervenir el mercado ganadero cerrando las exportaciones de carnes, se manifestó públicamente que la medida apuntaba a proteger la famosa, pero últimamente cada vez más desdibujada, “Mesa de los Argentinos”.

El congelamiento de precios de la hacienda aplicado por decisión del ex presidente Néstor Kirchner y del secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno trajo buenos resultados para los precios de la carne pagados por los consumidores hasta principios de este año.

Pero luego llegó el efacto vaticinado en su momento por Alfredo de Angelis, con su famosa frase anticipatoria: “el que quiera comer lomo que pague 80 pesos”. Es que el dirigente de Federación Agraria advertía a mediados del 2008 que el cierre de las exportaciones era pan para hoy y hambre para mañana. La medida iba adesalentar la ganadería y a la larga esto reduciría el stock e impactaría en los precios. Macroeconomía básica y por lo que se ve, irrefutable.

Es que efectivamente, la medida del gobierbo terminó provocando una apresurada liquidación de vacas y hoy el rodeo nacional tiene 10 millones de cabezas menos.

Cuando De Angeli propuso aquel precio para el lomo, no hizo otra cosa que sintetizar el planteo de la industria: que los cortes de exportación financien el consumo interno. Es decir que el gobierno liberara el preciod e los cortes más caros y permitiera su venta al exterior, para que con esa ganancia se pudieran subsidiar los cortes que prefiere la familia argentina y que el en exterior no consumen, como la famosa tira de asado.

Dos años después, el escenario es el peor de todo. Ni boom exportador, ni asado barato.

Fue así que se consolido uno de los fracasos más anunciados del kirchnerismo. La política de Guillermo Moreno para el sector le explotó en la cara al Gobierno y logró que produciendo que los argentinos se vieran forzados a reducir el consumo de su plato más emblemático. En la era kirchnerista, se pasó de consumir un promedio de 70 kilos de carne el período 2005 a 2009, a consumir alrededor de 25 kilos menos este año, según estimaciones privadas.

Un relevamiento de precios

En este contexto, La Política Online recorrió distintas carnicerías porteñas para relevar el costo de la tira de asado. Este corte, se consigue actualmente a no menos de 35 pesos por kilo.

Pero en Barrio Norte, una de las zonas de mayor poder adquisitivo de Buenos Aires, la tira de asado asciende a valores de entre 40 y 60 pesos por kilo. Mientras que en otros barrios como Colegiales o Devoto, por ejemplo, se puede conseguir a 37 / 39 pesos.

Mientras que, en las principales cadenas de supermercados de Buenos Aires, la carne envasada al vacío de cabañas premium como “Las Lilas” oscila entre 60 y 100 pesos por kilo.

En diálogo con LPO el vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams, señaló que “el consumidor no puede seguir pagando estos precios por la carne; menos si se trata de cortes populares”.

“En estos momentos hay muy buena disponibilidad de tira de asado en el mercado porque el consumo cayó significativamente. Las carnicerías si no venden en grandes cantidades este corte no pueden sobrevivir”, agregó Williams, sin explicar porqué se resisten a bajar su precio.