El Presupuesto volvió a comisión luego de denuncias al kirchnerismo de ofrecer coimas

El kirchnerismo no consiguió los aliados para aprobar el proyecto que envió la presidenta, pero la oposición tampoco se unió para rechazarlo, aunque finalmente sí lo hizo para devolverlo a comisión. Y en medio de las negociaciones las diputadas Cynthia Hotton y Elsa Álvarez (UCR) denunciaron haber recibido presiones para colaborar con el Gobierno. Hotton dejó entrever que le ofrecieron dinero. Rossi denunció luego que su denuncia fue motorizada por la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
La discusión por el presupuesto 2011 duró más de 13 horas y sólo tuvo como resultado denuncias de coimas y presiones y la certeza de que volverá a debatirse en Comisión, donde los distintos bloques deberán buscar un acuerdo para llevar al recinto en las próximas semanas.

El kirchnerismo llegó al recinto con las cuentas justas y sin la seguridad de poder aprobar el dictamen que dejó intacto el texto enviado por la presidenta. Los dos restantes, una de la centroizquierda y el otro del resto de los bloques opositores, cambian las variables de inflación y crecimiento y prevén así una recaudación mayor, que destinan en su mayoría a las jubilaciones.

Presionados por la presidenta, que desde el jueves siguió la negociación y levantó cualquier modificación del proyecto para negociar, los referentes del bloque K salieron a la caza de acuerdos que les posibilitaran la aprobación. Pretendían que al menos algunos diputados se abstuvieran o se ausentaran de la votación en general, permitiendo la mayoría simple.

Pero el clima se enardeció cuando Elisa Carrió denunció presiones del Gobierno y acuerdos con algunos diputados opositores. Mucho más luego de que las diputadas Cynthia Hotton, del monobloque Valores para Mi País; y Elsa Álvarez, de la UCR, deslizaron haber recibido ofertas del oficialismo para facilitar la aprobación del presupuesto.

Hotton fue la más gráfica. Solicitó una cuestión de privilegio y relató que un diputado oficialista había intentado torcer su voluntad con la siguiente frase: “Cynthia: Tus proyectos y tus contratos no son nada la lado de lo que te podemos ofrecer. Pero les dije olvídense mi espacio se va a seguir llamando valores para mí país y mi presencia va a seguir teniendo sentido en el Congreso de la Nación”, contó la diputada que le dijeron por teléfono y en pleno recinto.

La denuncia llegó cuando nadie encontraba acuerdo para imponer alguno de su dictamen, pidió a través del bloque Proyecto Sur votar para retomar la discusión en Comisión y se impuso por 117 a 112. Quienes Votaron a favor la UCR, Coalición Cívica, PRO, PS, Frente Cívico de Córdoba, Peronismo Federal, GEN, Proyecto Sur, Peronismo y algunos diputados provinciales.

El diputado del Peronismo Federal Felipe Solá había pedido ya un pedido de cuarto intermedio pero esa votación arrojó un resultado desfavorable de 107 a 112. 

Carrió aprovechó para preguntar : "¿Qué pasó con los diputados que se fueron?", y, esta vez,  mirar para el lado del Pro, que si bien estuvieron presentes durante el debate, luego se retiraron. No estaban Gabriela Michetti; Soledad Martínez; Laura Alonso; Christian Gribaudo; Lidia Satragno y Silvia Majdalani.

El jefe de ese bloque, Federico Pinedo, embarró más a los suyos al hablar de "ausencias que no podemos explicar". ¿Sólo negligencia? Paula Bertol, una diputada Pro que si estaba, se mostró cerca del llanto.
 
Carrió contra todos


La tensión la había llevado temprano Elisa Carrió al denunciar un pacto entre el gobierno y la UCR luego de que ese bloque habilitara el quórum para que el debate se iniciara.

Quienes primero pisaron el recinto fueron los diputados fueron los ediles ligados a Ricardo Alfonsín, sospechados toda la tarde de estar en sintonía con el Gobierno, sobre todo porque forzaron a su bloque a dar quórum, actitud que antes habían tomado el socialismo, el Pro y algunos diputados del bloque peronista que lidera Graciela Camaño. Recién cuando el presidente de la Cámara Eduardo Fellner abrió la sesión llegaron los diputados de la Coalición Cívica, la centroizquierda y el peronismo federal.

“Cada vez que se discute el presupuesto los opositores se vuelven oficialistas”, protestaba Carrió desde su banca. Denunció, además,  que Aníbal Fernández mandaba mensajes de texto a dipuados opositores con pedidos de ayuda  a cambio de algo. 

Los distintos operadores kirchneristas soñaban con que varios radicales se fueran del recinto a la hora de votar y sectores de la centroizquierda como el Si y Proyecto Sur se abstuvieran.

Con varias bancas vacías, los 118 apoyos que contaban tener podían alcanzar para ganar la votación. Mientras festejaban el apoyo de los dos pampeanos y los cuatro cordobeses del peronismo federal, muchos los oficialistas advertían que la presión de Carrió podía abortarles la estrategia.

“Yo vi como la diputada (Patricia) Bullrich se acercaba a Hotton antes de que pidiera una cuestión de privilegio. Nadie habla con quien no quiere ser hablado”, acusó Agustín Rossi, el jefe del bloque K, al salir del recinto sin el objetivo cumplido.

Pero al instante la radical Elsa Álvarez, de Santa Cruz, amplió ante la prensa su denuncia: dijo que una persona de su provincia la había llamado para pedirle que se retirara “porque el presupuesto era muy importante para el Gobierno”.

Y que poco después en otra comunicación telefónica “de un número desconocido” la secretaria de “un alto funcionario de Gobierno” le quiso comunicar con este, pero ella se negó. No quiso mencionar de quien se trataba.

Eduardo Macaluse, del SI, aportó a esta novela de enredos inclinándose hacia al Gobierno, toda una señal: “Si hay denuncias, que dé nombre y apellido y las presente a la justicia”, dijo y habló de un bloque que no tenía a todos sus miembros sentados y motorizaba esas acusaciones.

Se presume que hablaba de la Coalición Cívica, que según algunas versiones tenía cuatro diputados fuera del Congreso y esa era una de las causas por las cuales Carrió habría intentado boicotear el debate e incluso avanzó el martes en una negociación con el kirchnerismo para posponerlo. Al final, lo logró.