Kirchner presiona al senador Bermejo para lograr dictamen por el matrimonio gay

El kirchnerista mendocino no dio señales de estar a favor del proyecto que permite matrimonio entre personas del mismo sexo, que el propio Kirchner aprobó en Diputados. Si no ayuda con su voto, podría prevalecer un dictamen sobre unión civil. El gobernador Celso Jaque y el "chueco" Mazzón, en la mira de la Rosada.
Néstor Kirchner no quiere regalar nada en el pleito que mantiene con el cardenal Jorge Bergoglio y juega a jugar a fondo para evitar que se caiga el proyecto para habilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo que él mismo ayudó a aprobar en Diputados.

Es por eso que por estas horas le trasladó toda la presión al mendocino Adolfo Bermejo, quien con su voto podría empujar un dictamen favorable en la Comisión de Legislación General, que este martes tiene previsto tratar el tema.

De los quince integrantes hasta ahora sólo seis estarían dispuestos a apoyar el texto que envió Diputados: los kirchneristas Marcelo Fuentes, Nicolás Fernández, Pedro Guastavino y Liliana Fellner, el cordobés Luis Juez y la rionegrina María José Bongiorno, con origen en el Frente Grande.

Se necesitan ocho para alcanzar un dictamen de mayoría, por lo que las gestiones para convencer a Bermejo son intensas, sobre todo cuando parece imposible que dé brazo a torcer Guillermo Jenefres, el jujeño que también integra el Frente para la Victoria-PJ. “Voy a votar en contra”, ratificó a LPO.

En Tucumán aseguran que Kirchner llamó personalmente a Sergio Mansilla, leal al gobernador kirchnerista José Alperovich, para pedirle que apoye el matrimonio gay, a lo que el senador se negó.

“Entonces andate de la Comisión”, lo habría increpado el ex presidente. Lo cierto es que Mansilla le dejó su lugar en la Comisión al jujeña Liliana Fellner, quien no duda en votar a favor.

Se descarta la negativa de la presidente de la Comisión, la puntana Liliana Negre de Alonso, cercana al Opus Dei. Votarían igual los radicales Mario Cimadevilla, José Cano, Ramón Mestre y José Roldán; la oficialista rebelde Adriana Bortolozzi y la peronista disidente Sonia Escudero.

Si ninguno de ellos cambia de opinión podrían reunir la mayoría para emitir dictamen favorable con alguno de los proyectos presentados que plantean Unión Civil entre personas del mismo sexo.

Son de la autoría de Bartolozzi, Escudero, la cobista mendocina Laura Montero, el salteño del peronismo federal Juan Carlos Romero y otro de Emilio Rached y Naidenoff, ambos de la UCR.

En caso de que no haya dictámenes con ocho votos Negre de Alonso deberá decidir cual de ellos es considerado en primer término.  O sea, el que viene de Diputados quedaría para lo último.

Los dictámenes que salga estarán a consideración de un recinto donde no hay una mayoría clara por ninguna postura, aunque tras las masivas audiencias públicas en las provincias la negativa habría sumado adeptos.

La Iglesia católica, que siguió de cerca cada una de esas presentaciones, arma un acto multitudinario en el congreso para el 13 de julio, un día antes de la fecha prevista para la votación. Confían en reunir a 200 mil personas.

Todos por Bermejo


En Mendoza todos le tiran la presión al senador kirchnerista Adolfo Bermejo: el radicalismo, el peronismo, los diarios, los portales y, sobre todo, la comunidad que hace una semana ocupó las calles para rechazar el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Bermejo siguió estupefacto la audiencia pública que la Comisión de Legislación General que integra realizó en la Comisión de Legislación General que integra, donde la mayoría del centenar de expositores se expresó en contra del proyecto.

A su lado se ubicaron siempre sus coterráneos y también senadores Ernesto Sanz y Laura Montero, ambos de la UCR y con posiciones disímiles: mientras el jefe radical iría por la positiva, la cobista presentó proyecto promoviendo Unión Civil.

Bermejo tiene militancia en la lista Azul de Mendoza, esa que comandaron siempre José Luis Manzano y Juan Carlos “Chueco” Mazzón, todavía operador de la presidencia, con línea directa a Olivos.

La actuación de Mazzón en este tema generó el llamado de atención de Kirchner, ya que cuando el ex presidente avisó que votaría a favor pero que daba libertad de conciencia en Diputados, el mendocino no tuvo reparos en militar en contra de su jefe, tarea que tomó su diputada Patricia Fadel, quien se encargó de juntar votos por la negativa.

Ahora “el chueco” tiene la posibilidad de reivindicarse si logra que Bermejo le dé una mano a Kirchner en su pelea con la Iglesia. Pero en Mendoza recuerdan que el senador, varias veces gobernador de Maipú, tiene más peso como para cuidar su relación con la comunidad de la provincia que sueña con gobernar.

Su dilema se da justo en el peor momento de la relación entre el gobernador Celso Jaque con la Casa Rosda, donde el mandatario reclama ser incluido en la promoción industrial que, ahora por decreto, el Gobierno extendió a las provincias vecinas. Jaque no viene del palo de Mazzón y sus chaces de ser reelecto son casi nulas.