Antes de irse, Taiana autorizó a Sadous para exponer en Diputados

El visto bueno de Cancillería estaba demorado desde hacía 15 días. De esta forma, el ex embajador de Venezuela podrá aclarar y dar detalles de su labor diplomática y del rol de Julio De Vido, vinculado a negocios espurios con el gobierno de Hugo Chávez.
Fue su última decisión como canciller. Y, quizá, su primer acto de rebeldía ante el matrimonio presidencial. Por eso, la Cancillería autorizó ayer al ex embajador Eduardo Sadous a declarar ante el Congreso sobre las irregularidades que declaró ante la Justicia en la relación comercial que une a la Argentina con Venezuela, confirmaron cuatro fuentes diplomáticas y legislativas a La Nación.

La autorización, que se demoró 15 días, se concretó apenas horas después de que el ministro Jorge Taiana mantuvo una durísima discusión con la presidenta Cristina Kirchner y mientras redactaba su renuncia por el desgaste de una relación que ya había sufrido otros desplantes.

Sadous podrá, así, relatar ante los diputados cómo desempeñó su labor diplomática ante el gobierno de Hugo Chávez y cómo el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, avanzó sobre la agenda comercial con Venezuela y cosechó sospechas varias de corrupción.

Ante la Justicia, Sadous también relató el rol que mostraba en Caracas el por entonces titular del Organo Contralor de las Concesiones Viales argentinas (Occovi), Claudio Uberti, quien se movió como un "embajador paralelo" en Venezuela.

La "luz verde", como la caracterizó un diplomático ante LA NACION, de Taiana al testimonio de Sadous, se definió cerca de las 15. A esa hora, el director general de Recursos Humanos de la Cancillería, Ernesto Pfirter, firmó la carta en la que le comunicó al titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Alfredo Atanasof, que Sadous no requería de una autorización formal para declarar.

La carta, ya firmada, no demoró en llegar a destino. Al anochecer, Atanasof ya la tenía en sus manos. Un fuerte contraste con los 15 días que demoró la Cancillería desde que el legislador envió la convocatoria.

En aquella primera citación, el Congreso había convocado a Sadous para que declarase el miércoles último, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores jamás respondió. Por eso, Atanasof reiteró su pedido, en el que invocó la necesitad de respetar el "Estado de Derecho".

Esta segunda carta, llegó anteayer al Palacio San Martín. Y en menos de 24 horas -período en el que Taiana y la Presidenta discutieron hasta llegar a un punto sin retorno-, se redactó, firmó y envió la respuesta previa autorización del canciller.

"Incumbencias cruzadas"

Criticado por la oposición, que lo acusó de colaborar en el encubrimiento de presuntos actos de corrupción protagonizados por De Vido, Uberti, otros funcionarios públicos y varios empresarios, Taiana se encontró ante una situación incómoda, en la que asumió el desgaste por un vínculo diplomático que le era ajeno.

"Si tanto hablan de que De Vido montó una «embajada paralela» en Caracas es porque la Cancillería no le permitió moverse a sus anchas en la embajada «real». Ese fue un límite que fijó Bielsa [por el ex canciller, Rafael] y que continuó con Jorge", rememoró un estrecho colaborador de ambos ante LA NACION.

Esa dinámica "paralela" provocó un desgaste que ambos cancilleres sobrellevaron por vías distintas. Bielsa le planteó por escrito a Néstor Kirchner que no aceptaba la "responsabilidad sin autoridad" sobre Venezuela, ni "incumbencias cruzadas" con el ministro De Vido.

Taiana también optó por mantenerse alejado de los ejes más polémicos del vínculo con Venezuela, una dinámica que en Caracas repitió la sucesora de Sadous y actual embajadora, Alicia Castro. Ella se mueve en todas las áreas, pero evita entrometerse en todo lo que pueda rozar al Ministerio de Planificación Federal, según cotejó LA NACION en múltiples viajes a Caracas.

Así, ante la acusación de "desleal" que le espetó ayer la Presidenta, Taiana enfureció. Y la carta que destrabó el testimonio de Sadous iniciaba su recta final rumbo al Congreso.