Massa, Urtubey, Bruera y Santilli en un impactante sub 40

El gobernador de Salta logró reunir a importantes intendentes y políticos de origen peronista, con la bandera de la renovación generacional de la dirigencia. Los intendentes Sergio Massa y Pablo Bruera lideraron un importante lote de mandatarios bonaerenses.
Mientras Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde siguen midiéndose para un eventual combate de fondo, algo acaso más profundo o por lo menos con otra lógica parece estar surcando el peronismo, en un movimiento amplio que cubre desde el kirchnerismo hasta el macrismo, pasando por el peronismo federal.

Se trata de la intención de jóvenes políticos, pero con probada experiencia de gestión, por reclamar su lugar en la mesa de las discusiones importantes y acaso acelerar un recambio generacional que viene insinuándose.

En este marco, acaso el joven que en términos electorales llegó al escalón más alto, el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, fue el anfitrión de un heterogéneo Sub 40, en el que se destacaron los intendentes de Tigre, Sergio Massa y de La Plata Pablo Bruera.

Es que si bien Urtubey se alejó del padrinazgo de Alberto Fernández y retomó su vínculo con el matrimonio Kirchner, no deja de permitirse gestos de autonomía como recibir a “rebeldes” como Massa y Bruera y hasta al macrista ministro de Espacio Público Diego Santilli.

Pero no fueron los únicos de la impactante foto que esta madrugada llegó desde Salta a la redacción de La Política Online. También visitaron a Urtubey el intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitestein; de Olavarría, José Eseverri y el ex ministro de Asuntos Agrarios, Emilio Monzó, emigrado de las filas de Francisco de Narváez, entre otras cosas por su amistad con Massa.

Es que la aparición pública de estos jóvenes políticos que hablan más seguido de lo que trasciende, parece en parte un movimiento destinado a insinuar un paso más en la subterránea construcción de la candidatura a gobernador del ex jefe de Gabinete y acaso la aspiración presidencial del dueño de casa.

La excusa invocada, fueron los siempre atractivos festejos por el aniversario de Güemes, una excusa inmejorable para combinar la charla política con las exquisitas empanadas salteñas y un buen Torrontés de Cafayate.