Matrimonio gay: en el Senado hay paridad y la Iglesia presiona a los gobernadores

Quiere que el proyecto se discuta en las Legislaturas provinciales antes de tratarse en la Cámara alta, donde, contra lo que esperaba la propia comunidad eclesiástica,  podría sancionarse. Bergoglio pidió a los legisladores que olvidaran el proyecto, que se trataría el 14 de julio. Efectiva presión de grupos militantes.
La Iglesia inició su embestida final contra el proyecto que habilita al matrimonio entre personas del mismo sexo y, lejos de la pasividad con la que se tomó el tema cuando pasó por Diputados, ahora demostró que no está dispuesta a aceptar plácidamente su sanción.

Y ante la posibilidad concreta de que eso ocurra, lanzó una contraofensiva: pretende que antes de ser tratado en el Senado el tema sea  discutido durante audiencias públicas en todas las legislaturas provinciales, una forma de desviar la presión a los gobernadores, que hasta ahora, casi como estrategia, se desentendieron.

Es que el proyecto tiene fecha de tratamiento reservada para el 14 de julio, previa discusión en la Comisión de Legislación General, donde seguramente surgirán dictámenes a favor y en contra.

Y a diferencia de los pronósticos de los operadores de la curia, la presión de los grupos militantes viene dando resultado y son varios ya los senadores que iba a oponerse y se abstendrían. En el Senado recuerdan la película Milk, en la que legisladores americanos combatían contra su propio conservadurismo al momento de tratar una cuestión similar.

La propuesta de trasladar el debate a las legislaturas provinciales la oficializó hoy la Comisión Episcopal de Seguimiento Legislativo, que preside monseñor Antonio Marino, obispo auxiliar de La Plata.

Y la anunció Guillermo Cartasso, perito del organismo eclesiástico. "Un tema de esta entidad, troncal para la cultura argentina, que no fue planteado en la última campaña electoral, exige la escucha de todo el pueblo y la consideración directa del estado federal que constituye la Argentina”, dijo.

En línea con el discurso de la Iglesia, Cartasso advirtió que el proyecto "contempla la adopción de menores para este tipo de pretensos matrimonios”, una alternativa que, en realidad, no está prohibida con la actual ley de adopción. También alegó que la iniciativa “desconoce la objeción de conciencia para funcionarios públicos y magistrados".

La presión de la Iglesia comenzó a hacerse sentir en la homilía que el cardenal Jorge Bergoglio emitió el 25 de mayo. “Es el momento de privilegiar la sanción de leyes que respondan a las necesidades reales de nuestro pueblo y no de detenerse en opciones fijadas por intereses que no tienen en cuenta la naturaleza de la persona humana, de la familia y de la sociedad", exigió en su discurso.

La urgencia de Bergoglio tiene un motivo excluyente: contra lo que pensaba, en el Senado la resistencia al proyecto no es tal como para que quede archivado. Por el contrario, las organizaciones que militan en el tema ya contaron cerca de 30 votos a favor y más de una decena de indecisos. Para que sea ley hacen falta la mitad más uno de los presentes, que no serán más de 72.

Los primeros sondeos la principal sorpresa, tal vez, la dio el radicalismo, que tendría a varios de sus referentes votando a favor, como el jefe del bloque Gerardo Morales, el presidente del partido Ernesto Sanz, (Mendoza), Eugenio Artaza (Corrientes), Alfredo Martínez (Santa Cruz) y el catamarqueño Oscar Castillo.

Pero, sobre todo, el escenario que se vislumbra ahora es el de un apoyo casi masivo del oficialismo, distinto a Diputados donde la mitad de la bancada se pronunció y militó por la negativa.

Hasta ahora, sólo 11 de 32 estarían por la negativa y algunos todavía en duda como el misionero Luis Viana y los formoseños Adriana Bortolozzi y José Mayans. No habría duda sobre las negativas de César Gioja (San Juan) y Guillermo Jenefres (Jujuy), entre otros.

Como en Diputados, las abstenciones y ausencias jugarían un papel preponderante al bajar la cantidad de votos positivos necesarios para la sanción.

Se abstendría de participar Laura Montero, la mendocina que responde a rajatabla las indicaciones de Julio Cobos. También hay dudas sobre los kirchneristas Laura Corpacci (Catamarca), Jorge Banicevich (Santa Cruz), y sobre varios peronistas opositores, que en su mayoría se preveía que iban a votar en contra.

Pora ahora, no garantizaron su negativa Adolfo Rodríguez Saá (San Luis) Carlos Reutemann (Santa Fe), Roxana Latorre (Santa Fe) y Carlos Verna (La Pampa).

Carlos Menem presentó su propio proyecto pidiendo una audiencia pública para debatir el tema. La Iglesia quiere que eso ocurra provincia por provincia.