Inundaciones: un informe denuncia graves fallas en el mantenimiento de sumideros

Tras las intensas lluvias en la Capital Federal, la Auditoria porteña reveló en un detallado informe que los controles sobre la red de desagües pluviales fueron deficientes y que las empresas no cumplen con el contrato para la limpieza, desobstrucción y reparación de los sumideros por $65 millones.
La lucha contra las inundaciones en la ciudad de Buenos Aires parece tener sus bemoles para el macrismo. Mientras avanza con rapidez la mega obra del Arroyo Maldonado que corre debajo de Juan B. Justo y que permitirá mejorar la calidad de vida de medio millón de personas, la gestión sobre los sumideros fue, al menos, ineficiente durante 2008.

Eso demuestra un completo informe elaborado por la Auditoria General porteña (AGCBA) que golpea especialmente al ministerio de Espacio Público, en ese entonces conducido por Juan Pablo Piccardo (hoy en Sbase, el organismo dedicado a los subtes), y al que tuvo acceso LPO.

La Red Pluvial de la Ciudad cuenta con 27.534 sumideros y casi 1.200 kilómetros de conductos así como estaciones de bombeo. Como muchas capitales del mundo, Buenos Aires está atravesada por arroyos.

En el informe denominado "Mantenimiento de Sumideros", proyecto 1.09.04, la AGCBA, que preside la ex legisladora peronista Sandra Bergenfeld, detectó una “ineficaz metodología en el proceso de verificación y control del estado mantenimiento de los sumideros”, que incluye el incumplimiento del contrato con las empresas privadas que se repartieron el negocio por $65 millones.

Esto incluyó además el incumplimiento en la entrega “en tiempo y forma” de los informes sobre los trabajos realizados.

Además, el organismo de control verificó la “carencia de planos de catastro para el verificadores al realizar los recorridos, falta de información para realizar la verificación, “muchos sumideros en mal estado de mantenimiento y con otras deficiencias como la falta de identificación exigido por pliegos”.

Tampoco, según el informe, los auditores encontraron la constancia de “la realización de inspecciones de las (cinco) zonas de manera diaria”.

También, la Auditoria planteó que hubo “irregularidades en las órdenes de servicio y notas de pedido, “falta de Control Interno y de comunicación y coordinación entre reparticiones del gobierno en lo referente a trabajos con sumideros”.

La historia y las empresas

En 2003 el entonces gobierno de Aníbal Ibarra lanzó la licitación N.171 para el mantenimiento de los desagües pluviales.

Esto incluía: la limpieza, desobstrucción, reparación y/o reposición de accesorios en sumideros y nexos, limpieza y desobstrucción de bocas de registro, cámaras de inspección, ramales secundarios, conductos, modelos, emisarios principales y desembocadura de arroyos, según consta en el pliego original.

Además se acuñó para esta licitación la idea de la “zona limpia”, que significa que la empresa contratista debe mantener en término los trabajos. El caso más claro: desechos y escombros de una obra en construcción.

Además, esto implicaba que la firma que gane la licitación se debía ocupar de “mantener permanentemente una zona libre de suciedad en una distancia de 2 metros de distancia de cada sumidero”.

Así, se dividió la ciudad en cinco zonas. Las zonas 2 y 3, que abarcan parte de la zona norte y el oeste de la ciudad, quedaron a cargo de Automat Arg. S.R.L.

Las zonas 4 y 5, que alcanzan la zona centro y el sur, en manos de Reconstrucción Caños S.A.; y finalmente la zona 1 (gran parte del norte y centro de la ciudad), en manos de un conglomerado de empresas encabezadas por Mantelectric (que tiene el control de una serie de obras en los barrios más caros de la ciudad) junto a Soluciones Químicas S.A. y Oscar López S.A.

En ese momento el contrato era por dos años con opción a tres años más. La zona 1 tiene en su haber 11.257 sumideros y el costo de su mantenimiento asciende a $ 17.992.000.
La zona 2 tiene 4.293; y la 3 cuenta con 4.638. Entre ambas, la ciudad gasta para mantenerlos $23.596.000.

Las zonas 4 y 5 tienen 4.388 y 2.958 bocas de tormenta respectivamente y el gobierno desembolsa, entre las dos, $23.208.000.

El gobierno de la ciudad decidió prorrogar los contratos en dos oportunidades (en junio y en octubre de 2008), y, a pesar que estaban por vencer, no llamó a licitación en ese lapso. El macrismo decidió finalmente llamar a licitación a partir del Expediente N° 10.008/2008, sin embargo el 19 de marzo de 2009 en “razones de oportunidad y conveniencia presupuestaria” se dio de baja. Mientras tanto, un mes más tarde el gobierno dictó otra resolución (la Nº 830/MAyEPG/09), por la cual resuelve fijar como fecha de vencimiento de la prórroga del contrato el 31 de Mayo de 2010.

Incumplimientos


Según el informe de la Auditoria, “en el punto 3.3.4 del Pliego de Especificaciones Técnicas se especifica que la cantidad mínima de camiones desobstructores para cada zona”. Se suponía que para la zona 1 debía haber cinco camiones (denominados Vactor); las zonas 2, 3 y 4 con cuatro camiones y la última zona con tres camiones.

Sin embargo, en la zona 1 el conglomerado de empresas encabezado por Mantelectric brinda “cuatro camiones por turno y una cuadrilla de reposiciones compuesta de una camioneta con dos operarios por turno”.

Para las zonas 2 y 3 “en situaciones de normalidad la empresa (Automat Arg. S.R.L.) brinda dos camiones desobstructores por turno y por zona. También provee una cuadrilla de reposiciones”.

Finalmente para las zonas 4 y 5 “la empresa (Reconstrucción Caños S.A.) brinda dos camiones Vactor y una cuadrilla con dos operarios”.

A pesar de esto, según la AGCBA, el gobierno incumplió el capítulo 2.12 del pliego donde se establecen penalidades “ya que no se aplicaron sanciones a las contratistas durante el año 2008” cuando “disponen de menos camiones”.

Añadido a esto, durante ese mismo año casi el 89,52% de los reclamos al 103 relacionados con sumideros se dieron por una rejilla rota o faltante.

A modo de conclusión, la Auditoria planteó que durante 2008 la Dirección de Red Pluvial “no ha cumplido eficazmente con varias de sus responsabilidades primarias ni ha podido hacer que las empresas contratistas mantengan a los sumideros, cámaras, bocas de inspección y nexos en buen estado operativo y sin residuos, escombros o materiales sobrantes de las obras realizadas, como lo exige el contrato”.

Hoy, luego de las fuertes lluvias y los desbordes en calles y avenidas, la manutención de los sumideros no pierde vigencia. Más aún pensando que en mayo de este año deberá volver a licitarse el contrato.