La localidad de Lezama se separó de Chascomús y ya es un municipio autónomo

Lo definieron hoy los diputados bonaerenses, con el apoyo clave del oficialismo. El antecedente podría desatar reclamos de otros territorios que también quieren escindirse de sus partidos. Los vecinos de Lezama venían reclamando con cortes en la ruta 2 en cada fin de semana largo y amenazaban con repetir esa práctica en el verano.
Tras un extenso conflicto que dividió a un pueblo entero, la localidad de Lezama se convirtió en el municipio número 135 de la provincia de Buenos Aires, gracias a la unidad que manifestó el oficialismo en la Cámara baja bonaerense, donde la votación terminó 58 a 21 a favor de la autonomía de los lezamenses.

El día decisivo para la creación del nuevo municipio mostró una forma atípica de protesta en la Legislatura. Varias horas antes de la sesión de los diputados –que comenzó alrededor de las 17- tanto los partidarios de la división como los que bogaban por la integración de ambas localidades se hicieron presentes en la puerta de la Cámara, ubicada en calle 53 entre 7 y 8, en el corazón de La Plata.

Para evitar una batalla, la policía bonaerense dividió a las dos multitudes con vallas, por lo que los lezamenses permanecieron en el extremo de calle 7 y los partidarios de la unión de Chascomús quedaron del lado de calle 8. Durante horas, con bombos, cantitos y reggaetón de fondo, dejaron una imagen poco usual, la de un pueblo irremediablemente dividido protestando en una ciudad ajena.

La sesión también tuvo condimentos poco habituales. Con un palco de prensa atestado de periodistas provenientes de Chascomús, el proyecto fue tratado extensamente, con una inacabable lista de 13 oradores, y algunos discursos subidos de tono, que desembocaron en pedidos de disculpas entre diputados del oficialismo y de la oposición.

El primero en hablar fue el presidente del bloque oficialista, Raúl Pérez, que admitió que era necesaria una “ley marco” para los pedidos de autonomía, que alcanzan los 60 en toda la provincia de Buenos Aires, pero admitió que el caso de Lezama iba a ser una excepción.

Luego fue el turno de la diputada del GEN, Ana de Otazúa, oriunda de Chascomús y una de las más críticas de la autonomía de Lezama, que le agregó una cuota de suspenso a la situación ya que exigió que para que el proyecto tuviera claridad, se votara nominalmente, es decir, que los legisladores votaran uno por uno.

Esto generalmente les mete presión a los diputados que no están del todo definidos y a veces los obliga a salir del cobijo del bloque y votar algo distinto o bien retirarse del recinto. Eso fue lo que hizo Ramiro Tagliaferro, de Unión Pro, que en la antesala de la sesión remarcaba la necesidad de una ley marco y finalmente terminó saliendo de la Cámara antes de la votación.
Luego del pedido de de Otazúa, Raúl Pérez tomó la palabra nuevamente y aclaró que su bloque aceptaba la votación nominal, pero replicó que la diputada la había pedido con un tono amenazante.

Tras ese instante polémico, hablaron los presidentes de los bloques de la Coalición Cívica (11 diputados, uno de ellos en contra del proyecto) y Unión Pro (15 diputados, 2 ausentes), que aportaron votos clave para que el oficialismo consiguiera los dos tercios de los presentes que necesitaba para aprobar la ley.

Luego del repudio de los diputados de la UCR y del Gen, cinco minutos antes de las 19 finalizó la votación y algunos partidarios de la división que se habían colado en los palcos no dudaron en gritar de la alegría en el medio de la sesión.

Llamó la atención en el palco de prensa la presencia de Julio Prado, el empresario inmobiliario de Lezama que, como anticipó este medio, fue nombrado por miembros del bloque oficialista como el promotor de un oscuro negocio de tierras posible por la escisión de Lezama.

Una vez que la autonomía cobró vida, en la calle volvieron a contrastarse las imágenes de la división de este pequeño pueblo de la quinta sección electoral. Mientras que los lezamenses hacían explotar una buena cantidad de pirotecnia, los “integracionistas”, con lágrimas en los ojos, estuvieron a punto de enfrentarse con la Policía y dirigían su impotencia con gritos e insultos destinados a los diputados.

A los partidarios de la unión entre Chascomús y Lezama les queda una sola ilusión, y es que el gobernador Daniel Scioli vete la ley, ya que es él quien debe reglamentarla en no más de diez días.

A los chascomunenses no se les pasó por alto que en el programa de Mirtha Legrand de la semana pasada al que fue invitado, Scioli sostuvo que de “separarse esto sería recién en 2011”. Es que el gobernador sabe que mañana mismo, los promotores de la autonomía de unas 60 localidades en toda la provincia querrán imitar el camino de Lezama.