Sigue sin solución el conflicto entre Shell y Bulgheroni

Las refinerías y Pan American Energy -de Alejandro Bulgheroni-, principal productor de crudo, se disputan el precio del hidrocarburo. Las posibles soluciones al conflicto que mezcla pujas políticas con intereses contrapuestos.
La prohibición de exportar petróleo chubutense no prosperó por más de tres días. Ayer por la mañana, desde el gobierno retrocedieron con la medida, si bien aún la pelea interna entre las refinerías y Pan American Energy –de Alejandro Bulgheroni- por el precio del crudo, no está resuelta y todavía están abiertas las negociaciones para llegar a un acuerdo.

“No recibimos ninguna notificación, nos enteramos por la nota”, le aseguraron a LPO fuentes de Pan American Energy. El lunes, la Secretaría de Energía –que depende del Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido- le envió a la AFIP una nota para que se suspendiera provisoriamente la exportación del crudo de tipo Escalante y Cañadón Seco, ambos extraídos del Golfo San Jorge. La medida administrativa fue revertida ayer, y no llegó a bloquear ninguna exportación de crudo.

Las explicaciones oficiales sobre la prohibición de exportar crudo, apuntan al desabastecimiento interno, aunque desde Pan American insistan en que “jamás faltó crudo ni faltará, porque Argentina produce más de lo que consume”. Lo cierto es que en las negociaciones que todavía mantiene el gobierno junto a las refinerías y los productores, se discute, principalmente, el precio del hidrocarburo.

Las refinerías –como Shell- quieren que se mantenga el precio vigente desde noviembre de 2007, esto es 42 dólares el barril. Desde Pan American pretenden “defender los precios a los que aspiramos, teniendo en cuenta las inversiones millonarias que se hacen en los yacimientos. Además, el precio del combustible aumentó, pero el que provee el crudo no ve la diferencia”.

El precio del barril de crudo en el mercado internacional es de 71 dólares. Por ley, Pan American puede exportar una vez abastecida la totalidad del mercado interno. A su vez, el precio en el mercado local permanece intervenido por el gobierno, y es aquí donde se cruzan los tres intereses y las posibles soluciones, y como bien se sabe, al menos un sector deberá ceder.

Posibles soluciones


Desde hace varios meses, la decisión política apunta al abastecimiento del mercado interno. En este contexto, lo que el gobierno habría hecho no es prohibir la exportación, sino establecer un precio de corte en todo lo que no se importe –quedándose con el excedente por sobre el tope-. De esta forma, se desestimaría el colocar el crudo en el exterior.

Uno de los reclamos de Bulgheroni sería que el gobierno aumente el precio de pozo. De esta forma, Pan Amarican Energy obtendría la ganancia pretendida. El tema es que ese precio se vería reflejado en un aumento en la nafta –ya que las refinerías lo comprarían más caro-, es decir, en un aumento del malestar social y en la gran mayoría de los productos en general, produciendo inflación.

Fuentes del mercado petrolero le revelaron a LPO que “si se hiciere lugar al pedido de Bulgheroni, la nafta aumentaría entre un 20% y un 30%”. Para salvar este impacto, el gobierno no descarta hacer lugar a la propuesta de bajar los impuestos a Pan American: harían menos caja, pero no se afectaría el consumo.

Tensión política detrás del conflicto económico

Detrás del conflicto de intereses, también hay una puja política con jugadores cambiados: Shell –a esta altura, histórico enemigo del gobierno kirchnerista desde que incentivó al boicot sobre sus combustibles- podría llegar a quedar del mismo lado del oficialismo.

En caso de que el gobierno no ceda en las negociaciones con Bulgheroni –empresario muy vinculado al gobernador de Chubut-, Shell habrá ganado en las tratativas. De otra forma, la maniobra beneficiará a Pan American, e indirectamente, al candidato a presidente y acérrimo detractor del régimen kirchnerista, Mario Das Neves, ya que mientras más se cobre el barril de petróleo en el ámbito interno, más regalías cobrará el gobierno provincial.

De todas formas, hoy -en el día del petrolero-, Juan José Aranguren, presidente de Shell, dejó claro que cuando de negocios se trata, no hay amiguismos más allá de los intereses. El hecho de que haya llevado a la celebración en el Sheraton al grupo de los ocho ex secretarios de Energía opositores al oficialismo, da la pauta de que no hay lugar para alianzas en esta tríada de poderosos.