El difícil tránsito de Kirchner hacia la presidencia del PJ

El apresuramiento de Daniel Scioli por impulsar un regreso de Néstor Kirchner a la presidencia del PJ, le complicó al ex presidente un operativo comando que estaba diseñando para recuperar por sorpresa la conducción partidaria. Por qué Florencio Randazzo salió a decir que no convenía que asuma en el partido. 
La compleja operación política para colocar nuevamente a Néstor Kirchner a la cabeza del PJ, no es apta para apresurados. Acaso los más deseosos en demostrar su devoción “kirchnerista” sean quienes más piedras estén colocando en el camnio del ex presidente.

Es que el entusiasta anuncio de Daniel Scioli anticipando la convocatoria para el próximo martes al Consejo nacional del PJ para implorarle a Kirchner que vuelva a presidir el partido, acaso le haya infringido un daño notable –se supone involuntariamente- a la intención del ex presidente.

Es que según comentó a La Política Online un importante dirigente sindical que recientemente habló con el ex presidente, Kirchner estaba trabajando en silencio su regreso al partido. “La idea era sorprender a todos una mañana, con la mayoría del Consejo del PJ reunido, resolviendo en ese mismo momento que Kirchner reasuma la conducción”.

¿Por qué tanto misterio? Porque el ex presidente sabe muy bien que hoy no cuenta con un consenso aplastante al interior del PJ, y esa operación relámpago –como contratara perfecta de su renuncia al partido-, le garantizaba dejar a sus rivales sin capacidad de reacción. Para cuando se hubieran enterado, él ya iba a estar nuevamente consagrado al frente del partido. Esa jugada es la que le aguó Scioli.

Es que según las fuentes consultadas, hoy Kirchner apenas supera los 30 votos seguros en el Consejo del PJ que integran 70 miembros. Se trata del establishment peronista, allí se mezclan diputados, gobernadores, jefes de bancada, intendentes de peso y funcionarios.

Un repaso por los nombres que integran ese cuerpo orgánico, bordado en las fugaces oficinas que Néstor Kirchner tuvo en Puerto Madero, revela la precariedad de las lealtades en el peronismo. Allí se ven apellidos de furiosos "incondicionales" del ex presidente, que hoy le huyen como al espanto hasta a una simple foto compartida.

“Mario das Neves y Alberto Fernández –secretario general del PJ-, se descontaban que iban a votar en contra, pero al trascender esto, ahora todos se hacen los difíciles y se empieza a complicar el regreso de Kirchner”, reconoció a La Política Online un gobernador que integra el órgano ejecutivo del PJ.

No me ayuden más

De allí que ayer cuando un grupo de exaltados dirigentes del PJ porteño pidieron un pronunciamiento público del partido a favor del regreso de Kirchner a la conducción partidaria (ver nota adjunta), socarrones les contestaron: “¿Ustedes están seguros que Kirchner quiere eso? Me parece que tienen información vieja”.

Más tarde, el entusiasmo bajó a temperaturas bajo cero, cuando leyeron las declaraciones del ministro del Interior, Florencio Randazzo, diciendo muy suelto de cuerpo que “Kirchner no debe volver al PJ”. El ministro tuvo la delicadeza de disfrazar las limitaciones políticas del ex presidente, afirmando que “él representa mucho más de lo que es el justicialismo hoy”.

Como suele suceder en política –y más aún en una estructura que hace un culto del verticalismo como el PJ-, hasta que los virajes de la cúpula llegan a los segmentos intermedios, se producen divertidos equívocos y papelones.

Funcionarios y dirigentes deseosos de quedar bien con Kirchner se apresuraron en las últimas horas a proclamar la necesidad urgente de su regreso a la conducción partidaria –la última novedad en ese sentido fue el pronunciamiento de un grupo de intendentes del interior, esforzadamente amplificada por los medios oficialistas-.

Acaso  estos entusiastas no se hayan dado cuenta que están empujando a su líder a una situación espantosa: someter su regreso a una votación del Consejo del PJ, en la que se cristalice la medida exacta de su menguado liderazgo.