La “nueva” comunicación de Cristina se estrenó en el Taj Mahal

Las insólitas fotografías "turísticas" de la Presidenta que el flamante departamento de comunicación a cargo de la Presidencia distribuyó a los medios. La decadencia del mensaje político que ya ni siquiera hace eje en la frivolidad.
Meses atrás se anunció la creación de una subsecretaría de Medios a cargo de Alfredo Scoccimarro, como una manera de “revitalizar” la comunicación oficial, una de las tres causas de la derrota electoral (las otras dos fueros la inseguridad y el campo) según la visión del matrimonio Kirchner.

Hasta ahora poco se ha visto de esta estrategia e incluso la prometida mega web oficial Sala de Prensa, continúa demorada. Pero hoy los gestores de la comunicación oficial rozaron el bochorno con un papelón con pocos antecedentes.

La página oficial de la Presidencia publicó y distribuyó a los medios, fotos de la Presidenta posando frente al palacio Taj Mahal, como una deslumbrada quinceañera. El escenario propio de las Mil y Una Noches, poco contribuye a consolidar la imagen de estadista, o al menos de Presidenta en ejercicio, que debería –se supone- trabajar el equipo de comunicadores oficiales.

Insólitamente, subieron no una, sino tres imágenes de la Presidenta posando absolutamente sola frente al Palacio, sin ningún motivo de gestión o político que justifique la toma, que puede ser encantadora, pero para la repisa o sobre la chimenea.

Ni siquiera se trata de la picardía de frivolizar –en el buen sentido- la imagen presidencial, mostrándola junto a algún ídolo popular como puede ser Fito Páez, Manuel Ginobili, Shakira o Bono, por decir algunos de los famosos que se prestaron a una foto con la Presidenta. Se trata de un viejo recurso, explotado hasta el cansancio por Carlos Menem, para tratar de contagiarse con algo del cariño popular que disfrutan los verdaderamente famosos.

No, en este caso la imagen ubica a la Presidenta en un plano vacío de sentido, o lo que es peor de tontería simplona y turística, que para colmo convierte a una interesante gira internacional –después de todo India es un mercado increíble-, en un paseo costosísimo financiado con los recursos de un Estado exhausto.

Se puede conceder que la Presidenta es después de todo un ser humano y que quedó maravillada ante este deslumbrante palacio mogol, que no por nada es la atracción turística que más factura en el mundo. Lo notable es que ninguno de sus asesores en comunicación le haya explicado que ciertas fotos son encantadoras para ver con la familia, pero no para ofrecer como testimonio del disfrute personal, de la misma persona que conduce un país cruzado de conflictos.