El escándalo de las cooperativas de Giustozzi llega a Bibiloni

Quienes dicen tratar a Hugo Orlando Tomé, coordinador de Espacios Verdes del Municipio de Almirante Brown, aseguran haberlo visto preocupado luego que La Política Online revelara la coincidencia entre su domicilio particular y el legal denunciado por la sospechada cooperativa “La nueva Argentina”: Boulogone Sur Mer 2267.

Los que sostienen frecuentarlo transmitieron su aparente queja. “Justo van a meterse con esta cooperativa. Si Fernández Garrido maneja como mínimo 12 ó 13”, se habría descargado el funcionario, que accedió al cargo a raíz del acuerdo celebrado entre el intendente Darío Giustozzi y el entonces jefe del bloque de concejales y del Movimiento Evita en el distrito, Carlos Carvajal, un hombre del piquetero Emilio Pérsico, que ubicó a David Coronel como coordinador de Cooperativas.

Coronel, que trabajó bajo la órbita del secretario de Infraestructura y Servicios, Daniel Bolettieri, fue despedido en medio de un operativo policial, a raíz de denuncias de manejos corruptos de los fondos que Pérsico canaliza desde el ministerio de Alicia Kirchner, para formar cooperativas de trabajo orientadas a la obra pública.

El Fernández Garrido aludido por Tomé no es otro que Diego, responsable de la secretaría de Producción y Servicios. Su nombre también aparece complicado en el caso de las cooperativas y según versiones que circularon estos días, su padre, Juan Garrido, sería presidente de uno de los emprendimientos previstos para paliar el creciente desempleo: la cooperativa “El trabajo dignifica”

Bibiloni y el último bastión de Pérsico

La coordinación de Espacios Verdes que coordina Tomé es el último bastión del Movimiento Evita en el gobierno de Giustozzi. Como se dijo, Coronel fue cesanteado por supuestas irregularidades administrativas en el manejo de los fondos de las cooperativas de trabajo. Su salida, el pasado 13 de agosto, fue pensada para evitar desbordes en una situación que desde entonces solo arrojó datos negativos sobre los controles que la gestión de Giustozzi realiza sobre esos planes de asistencia.


Pero según revelaron fuentes municipales esta semana, el filón más importante de recursos para el financiamiento de trabajos que realizan las cooperativas no proviene del programa de inversión social que orienta Alicia Kirchner desde el ministerio de Desarrollo Social.

Las partidas más importantes llegarían desde la secretaría de Medio Ambiente de la Nación, que conduce Homero Bibiloni, como parte del presupuesto destinado a la limpieza de la cuenca de los ríos Matanza y Riachuelo. Obras de saneamiento por las que pujan el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

La tensión entre ambos fue anticipada por La Política Online meses atrás , cuando reveló el acercamiento de Bibiloni – que depende de la jefatura de Gabinete - a De Vido, luego de ser privado de firma en las negociaciones interministeriales por su superior inmediato. Es decir, Fernández, que a fines de agosto ya intentó reemplazarlo por Lía María, ex funcionaria en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires durante el mandato de Jorge Telerman.

La repercusión en Almirante Brown de sacudones en la Casa Rosada, explica la sintonía de domicilios mudados y la aparición en el distrito de cooperativas de otros lejanos. La mayoría vinculadas a Emilio Pérsico, que lidera el Movimiento Evita junto al vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Fernando Chino Navarro.

Pérsico, viceministro de Desarrollo Social, era el habitual contacto con Coronel en su rol de funcionario municipal. Carvajal, en tanto, mantiene buenos vínculos con Navarro. Tomé, el coordinador de Espacios Verdes, es el heredero natural y síntesis del nuevo cuadro de situación que lo mantiene en vilo.

De Vido, Aníbal y los intendentes

Este zamarreo no es el único que sufriría Bibiloni de parte Aníbal Fernández, con el que se referencia políticamente Fernández Garrido. El jefe del Gabinete participaría activamente en la orientación de parte de los contratos de limpieza hacia el Municipio de Almirante Brown. De acuerdo a las estimaciones, cada uno de ellos rondaría los 400.000 pesos.

“Ni siquiera hay necesidad de negrear a la gente como hacía Coronel. Pueden pagarle tranquilamente a cada cooperativista 1.300 pesos y luego realizar el desmalezamiento y limpieza de arroyos con excavadoras y palas mecánicas en un par de semanas. Es un negocio rentable”, ilustró con suficiencia un funcionario del oficialismo.

Esta lógica de funcionamiento es observada con más recelo que preocupación no solo desde de Planificación Federal. También por Intendencias vecinas. El diario Clarín se hizo eco de ese estado de ánimo el 20 de septiembre, cuando dio cuenta de la visita que De Vido realizó a la cancha de Tristán Suárez, donde el local se impuso por la diferencia mínima a Temperley.

El breve y único párrafo de la noticia subraya que el ministro estuvo sonriente en una tribuna. Omite sin embargo que la compartió con el presidente del club, Alejandro Granados hijo, homónimo de su progenitor e Intendente, un ex menemista de firmes alianzas con el gobierno nacional en una sección Electoral complicada como la Tercera, donde apenas Darío Díaz Pérez, jefe comunal de Lanús, figura en la encogida lista de incondicionales de la Casa Rosada.

El kirchnerismo atavió la presencia de De Vido en Ezeiza como una advertencia a quienes mantienen a esa identidad en estado de tránsito, como el vecino intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, y el contiguo de Almirante Brown, Giustozzi.

La pelea de Fernández y De Vido no se limita al control del programa de saneamiento, que viene reclamando la Suprema Corte de Justicia. El jefe del Gabinete aspira a ejercer otro protagonismo en el Conurbano para abonar su candidatura a Gobernador en el 2011. De Vido, oficia de dique en un territorio hostil para el oficialismo, tal como constató el pasado 28 de junio. Como se sabe, el Movimiento Evita es parte de ese operativo de contención.