Alejandra Rafuls, un nombre que acompaña el caso Zanola

La titular de la consultora de prensa AR, Alejandra Rafuls, fue la vocera de Juan José Zanola y la desaparecida obra social La Bancaria. Allí trabó relación con el interventor Víctor Alderete, a quien luego acompañaría en su denunciada gestión en el Pami. También trabajó con el gobierno de Daniel Scioli, salpicado por la mafia de los medicamentos. El rol de Jorge Gandara y los vínculos con Enrique Nosiglia.
Graciela Ocaña seguramente no será recordada como una gran ministra de Salud ni por sus aportes a las políticas sanitarias, pero su obsesión por combatir lo que denominó “la mafia de los medicamentos” está permitiendo que se empiece conocer un entramado de corrupción y negocios al amparo del Estado, que acaso represente el punto más bajo de la dirigencia argentina: la construcción de fortunas a costa de la salud de la gente.

En esta trama de remedios adulterados, sobreprecios, contrataciones directas, tráfico de drogas, aportes a campañas presidenciales y negociados millonarios –que empieza a ramificarse con una lógica fractal y hoy golpeó a la administración de Daniel Scioli- sorprende la recurrente aparición de un nombre: Alejandra Rafuls.

Esta poderosa consultora de comunicación, especializada en personajes de la política tan disímiles como el kirchnerista Florencio Randazzo, el bonaerense Carlos Stornelli o el macrista Guillermo Montenegro, comenzó en los negocios grandes de la mano de su marido, el ex secretario de Coordinación Económica del alfonsinismo, Jorge Gándara, de estrechos vínculos con Enrique Nosiglia.

Gandara se convirtió luego de su paso por el gobierno en un hombre de consulta del ya entonces titular del gremio de bancarios, Juan José Zanola. Tan fuerte era su presencia en el entorno de este sindicalista que en el gremio bancario se hablaba del “Grupo Gándara”, como una organización paralela con puestos claves en toda la estructura gremial y en la obra social, que respondía directamente a Zanola.

Sin embargo, en un comportamiento que luego se haría norma, ni Alejandra Rafuls ni Gándara ocupaban cargos formales en el gremio bancario. “Siempre se cuidaron que la firma la pusieran otros”, afirmó a La Política Online un directivo de esa organización gremial. Cuidado que Rafuls no exendió a sus empleados y fue así que una de sus más leales colaboradoras terminó procesada por la justicia.

Stornelli: Juez y parteLa relación de Rafuls con Stornelli se suma al largo catálogo de delicados vínculos que esta consultora mantiene con hombres destacados de la función pública y que agravian el mínimo sentido de la higiene. Es que esta empresaria sumó la operación de prensa de Stornelli cuando este asumió como ministro de Daniel Scioli, pese a que este ex fiscal, la estaba investigando. Stornelli tenía la causa que acusa a sindicalistas de haber estafado al Banco Mundial, en la que constató que Rafuls cobró un millón y medio de dólares de la Asociación Bancaria, incluida en un crédito internacional destinado a la “modernización de obras sociales”. Stornelli llegó incluso a solicitar la indagatoria de Rafuls, hecho que al parecer no le planteó ninguna contradicción a la hora de confiarle el manejo de su imagen pública y la relación con los medios.

El petiso Alderete

En aquellos años de negocios florecientes, Zanola se enorgullecía de su obra social “La Bancaria”. La mala administración y ciertos negocios perjudiciales para los afiliados terminaron colocando a esta institución en una delicada situación financiera, lo que motivó la designación de Víctor Alderete como interventor, por decisión del entonces presidente Carlos Menem.

Lejos de perder influencia, el desastre en la obra social bancaria que motivó su intervención terminó beneficiando a Rafuls, que trabó una excelente relación con Alderete a quien acompañó en lo que sería una de los contratos más grandes de su carrera: el manejo de la comunicación del Pami.

Cuando Rafuls estaba en La Bancaria, su consultora (que por entonces se llamaba RKL) subcontrató a otra empresa llamada AB, que se encargó de la comunicación gráfica, e imprimía todos los materiales de la obra social. Cuando esta empresaria pasó al Pami junto a su nuevo amigo Alderete, ya con presupuestos casi ilimitados, volvió a subcontratar a la firma AB, que una vez más se encargó de la impresión de folletos.

De ese época le queda uno de sus peores recuerdos, entre otras denuncias contra Alderete, el ex titular PAMI fue procesado por el delito de administración fraudulenta por haber contratado a la consultora AB para la impresión del célebre "Libro verde", un panegírico que Alderete repartió entre los funcionarios a manera de "resumen" de su gestión.

El juez Claudio Bonadío, que llevó la causa, entendió que Alderete no debía haber contratado a AB: "Las tareas entusiastamente encargadas a AB Grupo Comunicación -escribió en su fallo el magistrado-, pudieron y debieron haberse llevado a cabo por el personal del INSSJP", dijo en referencia a la sigla real del organismo por aquellos años. Las sospechas que sobrevolaron la Justicia es que en esos contratos a terceros podrían haber existido pago de sobreprecios, como recuerda una investigación del diario Río Negro.

Sin embargo, como en tantas otras ocasiones, la causa no afectó a Rafuls ya que su nombre no aparecía en ningún expediente, aunque si derivó en el procesamiento de una de sus más estrechas colaboradoras.

No deja de sorprender la increíble coincidencia que plantea el hecho de que esta mafia de los medicamentos comenzó a trascender cuando Ocaña llegó al Pami y empezó a nombrar al “Yabrán de los medicamentos”, como bautizó a Néstor Lorenzo, nombre que vuelve a surgir cuando estalla el escándalo de la obra social bancaria.

Mito y realidadEl nombre de Alajendra rafuls provoca en el mundo de los medios y las consultoras de prensa una serie de emociones -en su mayoría negativas-, pero nunca la indiferencia. Muchos circunscriben su influencia a las empresas del grupo Hadad, y señalan que la mayoría de sus clientes terminan rodeados de escándalos y con problemas en la Justicia.Otros sin embago, le reconocen cierta capacidad para morigerar crisis severas, aunque sea por un tiempo. "Ella no está más con la bancaria, si Zanola siguiera siendo su cliente, los medios no lo destrozarían como están haciendo", exageró ante La Política Online una fuente del sindicato.


Un amigo llamado Coti


Como sea, el lobby de Rafuls –y sobre todo de su discreto marido, Jorge Gándara-, excede largamente la comunicación. Con fuerte llegada en determinados despachos de jueces federales –en Comodoro Py todos mencionan su buena sintonía con Ariel Lijo, además de la conocida con Montenegro a quien impulsó para el gobierno de Macri y continúa asesorando-.

Pero acaso el amigo que más contribuyó a su éxito empresarial haya sido el eterno operador radical Enrique “Coti” Nosiglia, que entre otros clientes le acercó al dueño del Banco macro, Jorge Brito; y al presidente de River, José María Aguilar, dos buenos amigos del ex ministro del Interior de Raúl Alfonsín.