Gerardo Werthein, el próximo millonario en la política

El dueño de Telecom ya comenzó a fantasear con un próximo desembarco en la política, entusiasmado por los casos de Mauricio Macri y Francisco de Narváez. El plan para instalarse en la opinión pública de la mano del deporte olímpico y de River.
El impensado éxito que alcanzó Francisco de Narváez en su desembarco en la política está generando émulos insospechados. Ahora parece que le picó el bichito a Gerardo Whertein, heredero de las empresas y la fortuna que construyó su padre, amante de los caballos de salto y los habanos costosos.

Este peculiar multimillonario, que libra una batalla tremenda contra el grupo Clarín por el control de Telecom –con algunas torpezas que incomodan a sus socios en la aventura-, estudio de cerca sobre todo la trayectoria de Mauricio Macri y está planeando un trayecto similar: estos es, alcanzar notoriedad de la mano del deporte y de allí saltar a la política.

Tiempo atrás lo intentó con unos costosísimos concursos de salto hípico que organizaba en su estancia de San Miguel del Monte, al que invitaba a artistas populares como Alejandro Lerner, Soledad y alguna “figura” internacional como la infanta Pilar de Borbón, hermana del rey; o Athina Onasis. Pero claro, el salto hípico no es precisamente un deporte que concite el entusiasmo de multitudes, al menos en la Argentina.

De manera, que ahora Gerardo Werthein trabajó para lograr su nuevo objetivo, ser elegido presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), designación que finalmente se concretó el pasado 14 de julio y le dio la excusa perfecta para dar una ronda de reportajes anunciando todas las mejoras que tiene en mente para potenciar las chances de los atletas del país.

De hecho, Werthein había iniciado el camino para llegar a la presidencia del COA cuando financió las espléndidas instalaciones de la Villa Olímpica Argentina en las Olimpíadas de Beijin.

Pero la estrategia deportiva de Whertein no termina en el aspecto olímpico. También colocó a su delfín Rodolfo D’ Onofrio, presidente de la aseguradora La Caja –otra de las empresas de Whertein-, en carrera por la presidencia de River y apoyado con un arrollador presupuesto.

Tan grande es la chequera de este candidato de Whertein que llegó a librar una dura batalla por alquilar la histórica confitería El Aguila, con otro postulante a la presidencia de River, Antonio Caselli, ex embajador de la Orden de Malta e hijo del operador menemista en el Vaticano Esteban Caselli, hoy senador italiano.

D´Onofrio y Caselli pulsearon fuerte por alquilar esta confitería ubicada frente a El Monumental, para instalar su comando de campaña, hasta que finalmente prevaleció el hombre de Whertein que pagó una suma tan desorbitada que prácticamente financió al agradecido dueño de El Aguila la remodelación completa de la tradicional confiteria.

Como sea, el reducido club de los políticos millonarios tal vez muy pronto tenga un nuevo miembro.