La apertura del Colón, la gran apuesta de Macri para la presidencial

El jefe de gobierno puso como prioridad absoluta de su gestión que las obras del Teatro Colón estén terminas para el año próximo. Suponen una inversión de $250 millones y reqerirán ampliaciones presupuestarias. Su apertura sería un gran golpe de efecto de cara a las presidenciales. En la intimidad afirma que la demora en la reinauguración es "un símbolo de la ineficiencia del Estado".
El caso del Teatro Colón marca una interesante parábola en la trayectoria política de Mauricio Macri. El jefe de Gobierno inició su gestión sin prestarle demasiada atención a las obras que se venían realizando, y que estaban virtualmente paradas, en el principal coliseo argentino y un motivo de orgullo de los porteños.

Cruzado por conflictos sindicales, malos directores -como el expulsado Horacio sanguinetti-, y peleas internas por administrar las obras, durante al menos los primeros seis meses del macrismo, el Colón no lograba captar la atención de Macri. El principla problema que eran las obras, comenzó a ordenarse luego que se decidiera concentarlas bajo la órbita del ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín.

Fue así que con el paso del tiempo el jefe de gobierno comenzó a considerar al histórico teatro como un tema central para su administración, y hoy por hoy, se ubica excactamente en el extremo opuesto. Es prioridad "total" de la administración y prácticamente la única obra grande que Macri no tolerará dejar sin finaciamiento, o demorar.

De esta manera, instruyó a su equipo de colaboradores para que sea la única obra que no sea desfinanciada a pesar de la crisis financiera que cubre el país, y particularmente al gobierno porteño.

Según ordenó Macri, todos los trámites burocráticos así como los pagos a proveedores deben darse en tiempo y forma, y si es posible más rápido de lo esperado. Cuando en otras obras se tarda hasta 90 días -y en algunos casos más-, se entregan bonos o pseudo bonos a los proveedores, el circuito de pagos en lo que hace al Colón, debe salir antes de los 30 días, aunque obviamente la pesada maquinaria municipal, hace que no siempre sea posible cumplir con la voluntad de Macri y sus funcionarios.

La obsesión del ex presidente de Boca es que el Colón se reinaugurado en 2010, justamente en medio de los festejos por el Bicententario, y la jugada no es inocente. Esta claro que se tratara de un evento de escala mundial, al que seguramente asistan figuras internacionales, y que tendrán en Macri a la máxima estrella, justo cuando empieza a calentar motores la campaña presidencial.

Macri quiere aprovechar además la reapertura para proyectar una imagen de gestión, acaso su principal caballito de batalla. "Es un monumento a la ineficiencia, como en su momento lo fue la Biblioteca nacional que se padó años sin terminar. Por eso nosotros tenemos que cumplir la palabra y abrirlo el año que viene", suele afirmar Macri, cuando explica su obsesión con el tema.

Es que durante las giras internacionales que realizó, entre otras a Milán, Berlín y Londres donde firmó acuerdos culturales que involucran al teatro y al Bicentenario, se dio cuenta que el Colón es un símbolo de prestigio global que puede servir para “vender” la ciudad de Buenos Aires como marca registrada y atraer inversiones extranjeras. Además de concentrar miradas de peso, sobre su figura, como el hombre que lo reabrió y le devolvió la grandeza del pasado.

Las obras

Es por eso, que en un marco de ajuste generalizado para las obras del Colón no hay ahorros ni límites que valgan. "Se está poniendo lo mejor de lo mejor", afirmaron a La Política Online fuentes del gobierno porteño que estimaron que todo el proyecto demandará no menos de 250 millones.

Lo que seguramente forzará al macrismo a que tanto este año como en 2010, deba solicitar una ampliación presupuestaria.

En este marco, en el PRO creen que para el primer semestre del año que viene estará lista el área central del teatro. Esto es la sala principal, el escenario nuevo, el Foyer (uno de los salones), el Salón Dorado y los laterales.

Por otra parte, deberán esperar un poco más las denominadas áreas complementarias (como “el bloque C”), que estarían entre finesdel año próximo y el 2011, pero que no sean determinantes para la vida pública del teatro.