La crisis económica

La CGT y la UIA acorralan al Gobierno

Los dos históricos aliados del kirchnerismo enviaron durísimos mensajes de exigencias en las últimas horas. Los sindicalistas piden ocupar cargos en el Ejecutivo, los de Tomada y Ocaña, mientras que los industriales filtraron a los medios un estudio que muestra que la actividad cayó 8 veces más de lo que dice el INDEC.
El kirchnerismo sigue sufriendo bajas. Sin dar el portazo definitivo –todavía- la CGT y la UIA dieron en las últimas horas mensajes durísimos con fuertes exigencias.

Los sindicalistas, además de presionar por tener nombres de sus filas en las listas de candidatos a diputados en las próximas elecciones, ahora también piden cargos en el Ejecutivo. Pero no cualquiera, el de Carlos Tomada, ministro de Trabajo, y el de Graciela Ocaña, ministra de Salud, con quien el líder sindical, Hugo Moyano está abiertamente enfrentado.

Un dato más. La CGT le llevará a Cristina Kirchner un reclamo sensible: que libere un fondo acumulado que Ambito Financiero calcula en $2.500 millones, producto de aportes laborales que retiene la AFIP, que dejaron de ser girados a las obras sociales sindicales. La queja se descarga claramente sobre Ocaña, ya que es quien controla la Superintendencia de Seguros de Salud. Pero, en este reclamo se conjuga un factor fiscal y otro político. El primero sugiere que esos fondos, en una etapa de vulnerabilidad de caja, el Gobierno los retiene para atender otros frentes; el segundo, más conspirativo, sugiere un operativo para quebrar a las obras sociales.

En ese mismo reclamo la CGT, le alcanzará además a la Presidenta, una lista de candidatos para las elecciones de junio próximo, encabezada por el asesor de la central obrera y actual diputado, Héctor Recalde.

"Si nosotros hemos bancado este proyecto como nadie y hoy somos uno de los principales sostenes del Gobierno, tenemos que tener representación en dónde se toman las decisiones que afectan a los trabajadores", explicó a Clarín un gremialista que integra el consejo directivo de la central obrera.

Incluso, no es un dato mejor que el titular de las 62 organizaciones Gerónimo "Momo" Venegas, haya estado ayer en la primera fila del lanzamien to de la lista de Francisco de Narváez y Felipe Solá. Es que Venegas es amigo y aliado de Moyano, pese a que en el conflicto con el campo hayan estado en posiciones divergentes, a nadie se ele scapa que tienen más acuerdos por abajo de la mesa de lo que trasciende.

En ese sentido, no parece un dato menor que en el acto de ayer la estrella haya sido Claudia Rucci, candidata a diputada por pedido expreso de Venegas. Se sabe que su padre, José Ignacio Rucci, es uno de los íconos de Moyano, quien incluso pidió a Cristina Kirchner que recibiera a la familia y les prometiera que se investigará su asesinato en manos de Montoneros.

La UIA también exige

Pero, como si estuviera bajo el efecto de una tenaza, el Gobierno no sólo es presionado por los sindicalistas sino también por los industriales. Los históricos aliados del modelo, comienzan a ver la debacle.

La UIA filtró ayer al diario Clarín un informe estadístico que el medio publicó en tapa donde deja en evidencia el abrupto retroceso de la actividad manufacturera y las distorsionadas cifras que da a conocer el INDEC. Seún este trabajo la industria cayó 8 veces más de los que anunció el Instituto intervenido por el secretario de Comercio Guillermo Moreno.

Según el Centro de Estudios de la UIA, en febrero pasado la actividad manufacturera cayó el 12,2% con relación a igual mes de 2008 y retrocedió el 3,7% con relación a enero. En cambio para el INDEC la baja interanual fue sensiblemente menor: la calculó en 1,5%. Y dijo que aumentó un 2% respecto de enero. Una diferencia abismal.

Esta diferencia de mediciones también se dio en noviembre, diciembre y enero últimos.

Esta movida de la UIA no es casual. En pocos días cambia la cúpula. Juan Carlos Lascurain deja el sillón de la presidencia y llega a ocuparlo Héctor Mendez y lo secunda Héctor Massuh, que, a diferencia de Lascurain están furiososo con los Kirchner. Una de las razones se debe a que el Gobierno le negó ayuda a su empresa la papelera Massuh.