Presiones para devaluar

Desesperado, el Gobierno estudia quedarse con depósitos de bancos

Si el dólar sigue subiendo y no hay liquidación de divisas, el Ministerio de Economía tiene un proyecto para canjearles U$S 1.000 millones que tienen depositados en el Banco Central por un nuevo título público. Además, negocia con EE.UU. un préstamos contingente como el de China por U$S 10.000 millones. Todas señales de una eventual devaluación.
El Gobierno da señales que tiene en carpeta una eventual devaluación. Con las provincias amenazando emitir cuasimonedas para enfrentar el déficit fiscal, los vencimientos de deuda que se deben pagar este año y la frenética subida del dólar, el oficialismo busca tener disponibles las reservas del Banco Central.

Según el diario Ambito Financiero, la gestión kirchnerista está negociando un préstamo contingente con la Reserva Federal de Estados Unidos por U$S 10.000 millones. Obtenerlo será más complicado que los U$S 10.200 que preacordó con China, país que está deseando imponer su moneda contra el dólar en el mundo.

Pero eso no es todo, el matutino informa que ya circula en los mercados una iniciativa en estudio por parte del Ministerio de Economía en caso de que se compliquen más las necesidades de financiamiento del país: es la de canjear a los bancos U$S 1.000 millones que tienen depositados en el BCRA por un nuevo título público. Obviamente, esa invitación a canjear admitiría una sola respuesta posible a las entidades financieras, y hasta podría ser justificada como una reprimenda oficial al sistema por no otorgar créditos.

La estatización de las AFJP abrió las puertas a que toda medida pueda ser posible. Por ello, no hay banquero que la descarte. Pero en la reciente Asamblea Anual del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), celebrada en Medellín, se acrecentaron las chances de que se adopte. O por lo menos, las versiones. El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, habría confirmado esa posibilidad a inversores, y luego LatinFinance lo reflejó en su publicación. Un reciente informe del JP Morgan sobre la Cumbre de Medellín señala que «si el Gobierno quiere preservar sus reservas, puede tomar las reservas de las entidades en el Banco Central (por ejemplo, cambiando una parte por un bono)». En la plaza local hasta se especula con que el bono se entregará a los bancos en una proporción similar a la que tienen de depósitos. Otras versiones en la plaza, más preocupantes, hablan de emitir un bono a bancos en función de las ganancias observadas.

Más a corto plazo, Lorenzino tiene en carpeta propuestas de entidades para concretar el canje de los Boden 2012 antes de las elecciones. Entre los tenedores locales de esos papeles lograr la aceptación, para el Gobierno, sería sencillo, habida cuenta de que están concentrados en tres bancos. Será cuestión de invitarlos. Para los extranjeros, sería más complicado, aunque si se les garantiza el cobro del cupón que vence en agosto, aceptarían el convite de postergar lo que se debe cobrar en 2010, 2011 y 2012. Tiene sentido, ya que inversores extranjeros le asignan una probabilidad no menor a que la Argentina tenga dificultades en cumplir con los pagos hasta entonces. De hecho, pese a la fuerte suba de la última semana, el Boden aún rinde más de 50% en dólares. Pero ¿por qué el Gobierno no aprovecha los bajos precios y sale directamente al mercado a recomprar Boden 2012? Fuentes del Palacio de Hacienda aseguran que esa alternativa estuvo en estudio, pero implica destinar los escasos fondos con que cuenta el Tesoro al pago del Boden 2012 completo, con los cupones que vencen en los próximos tres años. En la opción de canje que tiene en estudio el Palacio de Hacienda se contemplaba la posibilidad de anticiparles a inversores el 50% del cupón que vence en agosto, y por el resto, se entregaría un Boden 2018.

¿Y el FMI? Sólo hay conversaciones informales con los técnicos el organismo internacional, pero no hay intención de hacer revisiones del artículo IV, las que se efectúan a todos los países miembros, desde 2006. Para el Gobierno argentino, se necesitaba que el FMI cambie; y para el FMI, esos cambios ya los hubo. Conclusión: no habrá contactos en el corto plazo y menos antes de las elecciones.

¿Y el Club de París? Trascendió que culminó la conciliación de la deuda con los 18 países y que el Gobierno está interesado en avanzar en los próximos pasos de la negociación. Atrás quedó la posibilidad de un pago contado, utilizando las reservas internacionales, de esa deuda. Eran otros tiempos, cuando la Argentina también buscaba salir del default total y normalizar el INDEC. Duró poco.