Aerolíneas: La compra de aviones no tendría proceso licitatorio

Jaime confirmó que se negocia con Airbus la compra de 35 aviones del contrato que Marsans firmó con la constructora. Así, buscan evitar la presentación ante el Ciadi por la expropiación. Sin embargo, al tratarse de una empresa del Estado, la multimillonaria compra debería seguir procesos de transparencia que están evitando. Piden información sobre la hermética negociación en España.
Aunque la expropiación de Aerolíneas Argentinas ya es una realidad aprobada por el Congreso, todavía existen negociaciones entre el gobierno y Marsans para tratar de evitar una presentación ante el tribunal internacional del Ciadi. El acuerdo transita por la toma de una multimillonaria compra de aviones, la cual fue confirmada por el polémico Ricardo Jaime y que, por lo que se prevé, no seguirá ningún proceso licitatorio ni de transparencia de compras, como en cualquier otra empresa del Estado.

Desmintiendo que la Argentina vaya a pagar la seña que entregó el grupo español a Airbus por la compra de aeronaves para Aerolíneas Argentinas, el secretario de Transporte no dudó en confesar que la compra de los aviones forma parte del contrato que la constructora internacional firmó en 2007 con Marsans.

Lo que aún no trascendió y ya encendió una luz de alarma en la oposición es que la rutilante compra –de la que no trascendieron cifras pero sería de entre 105 y 110 millones por avión- se realizaría en forma directa.

“Si van a hacer un contrato por esa cifra, deberán seguir algunos concursos de precios o licitaciones transparentes”, pidió el diputado y vicepresidente de la comisión de Transporte, Alejandro Nieva. Y agregó: “Por lo que se ve, Aerolíneas en manos del Estado va a ser un barril sin fondo. En los primeros seis meses se fueron más de 1.000 millones de pesos”.

Según voceros de la Secretaría de Transporte, “lo que se está haciendo ahora son negociaciones para conseguir financiación”, pero no se sellará ninguna compra en España. “Después seguirán los caminos que tengan que seguir, pero eso será una vez que esté aprobado todo el bosquejo financiero”, concluyeron.

Lo que afirman, es que si bien Jaime lleva en persona las negociaciones con Marsans y Airbus, no será el quien selle la compra. Esa responsabilidad caería en el gerente General de Aerolíneas, Julio Alak.

Hermética negociación


Lo que muchos no comprenden es por qué, si la expropiación ya es una realidad, todavía se negocia con Marsans. “Que haya alguna claridad, porque no tenemos ninguna información oficial. Hubo una ley para comprar y otra ley que autoriza a expropiar, y ahora hay una negociación que al parecer vuelva al punto inicial, de compra-venta. Eso ya no sería una expropiación”, reclamó Nieva en diálogo con La Política Online.

Las tratativas en Madrid, mientras tanto, se dan en un profundo hermetismo. Las autoridades argentinas, aunque el acuerdo sea legalmente cuestionable, no dudan en confirmar que es una jugada a tres puntas: Ellos consiguen levantar la demanda ante el Ciadi, Airbus evita conflictos con el contrato y el grupo español se libera de la compra de aviones para una empresa que ya no posee, Aerolíneas. Lo que se dice un círculo perfecto.

Desde el entorno de Jaime, respondieron que en España “no se está negociando nada con Marsans” sino que lo que se negocia es “un contrato con Airbus”. “Marsans tiene un contrato firmado con Airbus, y Argentina está tratando de cerrar un acuerdo. Si lo logra, a Marsans le conviene porque compró aeronaves y se quedó sin Aerolíneas. Por eso renunciaría a la presentación judicial”, explicaron amablemente.

Por otro lado, se obtiene una compra en condiciones beneficiosas. Un excelente precio de los aviones –que incluso podría ser menor por la posible desesperación de Airbus y Marsans de destrabar el problema- y una entrega en los próximos meses, cuando normalmente en una adquisición de este tipo los primeros aviones llegarían, mínimo, en dos años.

Lo que no logran precisar es si esa compra en algún momento integrará un proceso licitatorio o si las autoridades oficiales firmarán el contrato directamente, sólo por temor a la presentación judicial de Marsans por las condiciones en que el gobierno de Cristina Kirchner decidió avanzar con la expropiación.