Elecciones 2009

Hablan de Kirchner-Scioli en la boleta bonaerense

Ante la fuerza opositora de la alianza Solá-De Narváez y la unión de la Coalición Cívica y la UCR, la posibilidad de que el ex presidente encabece la lista volvió a tomar fuerza. Quieren que haya "un Scioli", por eso gana terreno José, el hermano del gobernador y funcionario bonaerense. Dicen que, en el mejor caso, el oficialismo perdería 8 bancas.
De las 35 bancas bonaerenses que se pondrán en juego en el Congreso Nacional, 20 responden al kirchnerismo. Esto se traduce en mucho poder legislativo y muchos votos que no pueden darse el lujo de perder. Por esto, vuelve a ganar fuerza la posibilidad de que Néstor Kirchner encabece la lista oficialista. Además, piden que en la boleta K haya “un Scioli”.

Así, quien empieza a ganar terreno para acompañar al ex presidente es José, el hermano del gobernador Daniel Scioli, secretario general de la administración provincial. Este es el tándem que quienes piensan la campaña hoy barajan para frenar el creciente descontento que señalan las encuestas, revela hoy La Nación.

El surgimiento de la alianza Macri-Solá-De Narváez y la posibilidad de que el frente entre la UCR y la Coalición Cívica en la provincia de Buenos Aires acelere la incorporación de los intendentes que responden al vicepresidente Julio Cobos comenzó a preocupar a la Casa Rosada.

Un escenario político dividido en tres tercios -kirchnerismo, peronismo disidente y panradicalismo más los socialistas- era la peor hipótesis para el Gobierno. Sobre todo, en la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo pondrá en juego no sólo su poder sino también el mayor número de bancas de diputados nacionales, explica el matutino.

En la provincia gobernada por Daniel Scioli se elegirá a 35 diputados nacionales en octubre. El kirchnerismo arriesgará 20 bancas. Por eso, un escenario de tercios cambia drásticamente la prioridad del oficialismo: perder el menor número de legisladores que estarán en juego. La pérdida de ocho es la mejor hipótesis que se baraja. Así, aun ganando la elección por escaso margen el kirchnerismo puede terminar herido.

En la Casa Rosada hay por estas horas mucha bronca con Francisco de Narváez, que en 2007 actuó como un aliado involuntario del triunfo kirchnerista en territorio bonaerense. Lo veían como un outsider capaz de dividir el voto peronista bonaerense mientras hacía campaña en soledad, pero ahora, unido a Solá y a Macri, puede terminar actuando como un imán para los votantes desencantados con el kirchnerismo a quienes no los seduce la alianza alentada por Elisa Carrió entre viejos correligionarios.

Las mediciones del humor social en los centros urbanos reflejan que la falta de seguridad y la incertidumbre por la crisis económica están por encima de las elecciones o de quienes serán los candidatos. Pero el trabajo de campo de los encuestadores recoge un dato que debe preocupar a la Casa Rosada: la tendencia marca que la gente votaría hoy por la oposición.