Elecciones 2009

Macri convocó a Solá y De Narvaez para que acuerden

El jefe de gobierno convocó esta semana a una reunión con ambos precandidatos a diputados para tratar de armar una lista conjunta en la provincia de Buenos Aires. Macri ya tiene un acuerdo con Felipe Solá, pero De Narvaez se resiste a ser segundo del ex gobernador.
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, convocará esta semana a los diputados nacionales Felipe Solá y Francisco De Narváez para proponerles hacer un frente común en la provincia de Buenos Aires para las elecciones legislativas de este año. Así buscará minar el poder del kirchnerismo en el más poderoso distrito electoral del país y dejarlo herido para afrontar la segunda mitad del mandato de la presidenta Cristina Fernández.

La propuesta, adelantada hoy por Clarín, se cristalizará en un encuentro que el propio Macri quiere llevar a cabo a más tardar el miércoles próximo y que muy probablemente tenga como escenario su despacho de Bolívar 1, sede del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Macri y De Narváez ya fueron socios en las elecciones de 2007, cuando el diputado del PJ disidente cosechó más de un millón de votos -acompañado en la fórmula por Jorge Macri, primo del jefe porteño-- y terminó en el tercer lugar en la elección de gobernador bonaerense, apenas por debajo de Margarita Stolbizer -de la Coalición Cívica- y muy lejos del oficialista Daniel Scioli.

La novedad sería la incorporación de Solá, quien justamente en 2007 fue a la cabeza de la lista de diputados del kircherismo. Solá fue seis años gobernador bonaerense y mantiene buena imagen en el distrito. La disputa del Gobierno con el campo terminó de separarlo del bloque oficialista. El potencial de esta alianza es el de capturar a los justicialistas que decidan despegarse del kirchnerismo. Todo un desafío.

Tanto Solá como Macri no han ocultado sus aspiraciones presidenciales para el 2011, cuando se elija al sucesor de Cristina Fernández de Kirchner. "Primero está el proyecto y después los temas personales", aclaró Macri al confirmar ayer en exclusiva a Clarín la jugada que pondrá en marcha. El jefe de Gobierno porteño, que hasta ahora prefería no inmiscuirse en la campaña nacional de este año, propugna un "espacio alternativo" que represente a los electores disconformes con el Gobierno.

Primero fue Solá quien tendió un puente con el macrismo. Luego se conoció la negativa de De Narváez a secundar al ex gobernador, tras las gestiones del ex presidente y caudillo histórico del PJ bonaerense, Eduardo Duhalde, para acercar posiciones. Ahora se cristalizaría la cita que podría desembocar en la alianza electoral.

Hay un dato reciente: una encuesta de la consultora OPSM muestra que de sumarse la intención de voto de Solá y De Narváez, superarían en una elección al jefe de Gabinete, Sergio Massa, y hasta al ex presidente Néstor Kirchner, si es que éste se pone a la cabeza de la lista bonaerense para defender el gobierno de su esposa.

De concretarse la alianza, quedarían ya más o menos delineados los tres grandes jugadores de la próxima elección a diputados en el distrito con mayor cantidad de votos en el país: el kirchernismo; la unión de Macri, Solá y De Narváez; y el espacio abierto por el radicalismo, la Coalición Cívica y el cobismo.

Macri está convencido de que el kirchnerismo hará una "muy mala elección", según le dijo a Clarín luego de jugar al fútbol-tenis para un canal de TV deportivo en una de la playas seca instalada por la Ciudad este verano.

El objetivo es arrancarle al oficialismo la primera minoría en la Cámara de Diputados. Los votos bonaerenses son vitales para esta tarea. Y en el kirchnerismo saben que les jugará en contra que el voto opositor se alinee detrás de una de los dos polos opositores con posibilidades de competirle.

Ayer, el primo bonaerense de Macri amplió la oferta al espacio opositor al cobismo, el campo, Carrió y hasta la UCR. "Jamás le cerré la puerta a nadie", detalló Mauricio cuando Clarín le preguntó puntualmente por Carrió. "Pero con ella nunca pude sentarme siquiera a dialogar", aclaró luego.

Macri percibe una "crisis de confianza" en la relación de la sociedad con el Gobierno y cree que los dirigentes de la oposición tienen la "obligación" de aunar esfuerzos para canalizar esa situación. "Se trata de construir el espacio alternativo que la gente va reclamando", expresó.