Alberto sueña con la dupla Timerman–Vilma

El ex jefe de gabinete está repensando el espacio porteño kirchnerista para las elecciones. Ante la negativa de otras figuras de peso, cree que el embajador en EEUU sería un buen candidato a diputado nacional y que la diputada podría ir en la boleta para la Legislatura porteña. Los problemas para concretar un armado que retome la olvidada "transversalidad" y la relación Timerman – Vilma. Además, los albertistas ya piensan en lograr una cumbre Aníbal Ibarra – Néstor Kirchner.
Alberto Fernández sabe que, después de la negativa de Jorge Telerman, el kirchnerismo sigue sin un candidato que pueda dar pelea en las elecciones en la ciudad.

Por ello, entre otras figuras que se nombran, el ex jefe de gabinete piensa por estos días que el mejor candidato a diputado nacional sería el actual embajador en EEUU, Héctor Timerman.

Pero, y quizás sea lo más difícil de lograr, la jugada de Alberto pretende incluir, por lo bajo, a Aníbal y Vilma Ibarra.

En el caso de la diputada nacional, la idea es que esté en la boleta de legisladores porteños y que el ex jefe de gobierno participe activamente de la campaña proselitista. Además de la imagen que conserva el actual legislador porteño tiene un plus: mantiene un 100 por ciento de conocimiento en el electorado.

De hecho el caudal de votos que aportó en 2007 fue lo que determinó que el opaco Daniel Filmus acceda a la segunda vuelta.

Así, volvería a rearmar el frente progresista que se terminó diluyendo en 2008. “La mejor época de la transversalidad fue con Alberto, cuando los K no se agolparon en el PJ”, describe con precisión medio una fuente ibarrista.

Además, el ex jefe de gabinete podría posicionar al kirchnerismo “transversal” de nuevo como una férrea oposición al PRO (sobre todo ante los oscuros acuerdos que entabla el presidente del bloque Frente para la Victoria, Diego Kravetz) y, a la vez, ganarle de nuevo la pulseada a Telerman.

A tal punto que algunos albertistas ya le dijeron a su jefe político que habría que gestionar una cumbre entre Aníbal y el mismo Néstor Kirchner.

Deseos inconclusos

Claro que los deseos albertistas chocan con la realidad. En principio una de los inconvenientes que presenta este armado es que si bien el ex jefe de gabinete mantiene una muy buena relación con el ibarrismo, no así con Néstor Kirchner, a quien acusa de haberle soltado la mano durante el proceso de juicio político que terminó en su destitución.

De todas maneras, a pesar de que Vilma, cuentan cerca de ella, está entusiasmada con reunir al progresismo y que se encolumne detrás de la figura del ex jefe de gobierno, tiene mandato en el Congreso hasta 2011, con lo cual sólo la convencería un armado que incluya a muchos sectores opositores al macrismo.

Si bien por ahora la diputada nacional prefiere mantener el perfil bajo, en campaña la situación política cambia. “Cuando Vilma juega lo hace fuerte”, cuenta otra fuente del ibarrismo a LPO.

Otro problema tiene que ver con la naturaleza misma del espacio de centroizquierda. A las idas y vueltas del banquero Carlos Heller se le suma que muchos dirigentes que acompañarían al ibarrismo (o que ya lo hicieron) no jugarían con un apéndice, aunque sea en una versión crítica, del kirchnerismo. Entre otros, Claudio Lozano, el ARI disidente que encabeza Eduardo Macaluse, “Pino” Solanas o Miguel Bonasso.

El nexo Vilma – Timerman

Por otro lado, según pudo saber La Política Online, la relación entre Vilma Ibarra y Timerman no es nueva. Además de una clara afinidad ideológica y las posturas compartidas en muchas políticas de estado, entablaron una relación personal de respetuo mutuo.

Se conocieron cuando José Octavio Bordón era embajador y Timerman cónsul en Nueva York. Por ese entonces, la diputada nacional fue invitada a un Congreso por él.

Luego, el ahora embajador vino a la Argentina invitado por ella a una charla sobre Derechos Humanos. La relación se afianzó y llegó a que, sin ir más lejos, el año pasado la diputada viajara a EEUU y también se encontrara con él.

A pesar de ello la confluencia electoral es otra historia. Es que, mientras otros nombres como Rafael Bielsa (enemistado desde la campaña con el ex jefe de gabinete) o Filmus (quien se niega a dejar el Senado) no parecen dispuestos a encabezar las listas, Alberto pretende recurrir al embajador en EEUU y al ibarrismo para confluir en una fuerza opositora a Mauricio Macri que pueda ganar la ciudad. O al menos con eso sueña.