El ocaso de la renovación K

Mientras el nepotismo gana terreno en la gestión del gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, del otro lado norteño, el mandatario chaqueño, Jorge Capitanich, minimizó la violencia que se vive en su provincia.
El ocaso avanza sobre los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de Chaco, Jorge Capitanich, los dos niños mimados del ex presidente Néstor Kirchner que intentaron presentarse como la renovación política del oficialismo. Con gestiones marcadas por el nepotismo y la violencia, los jóvenes kirchneristas fracasaron en su misión de darle una lavada de cara al peronismo K.

Los cargos quedan en familia


Según el diario Clarín, Urtubey designó como interventora del municipio de Payogasta a su esposa Ximena Saravia Toledo. Esta medida no es nueva en la política del salteño. A principio de año, La Política Online había contado que sus tres hermanos participarían de la gestión provincial. Facundo con un cargo ad honorem se encarga del contacto con los organismos nacionales; Soledad, ex directora de la secretaría de Turismo salteña, es una de sus principales consultoras; y el millonario Alejandro, piloto de carreras y titular de la categoría Top Race, es la voz cantante para las finanzas.

La intervención levantó polvareda en el extremo norte del Valle Calchaquí, donde el municipio había quedado acéfalo tras el fallecimiento de su intendente Héctor Legorburo, quien desde hacía un año estaba de licencia por una enfermedad terminal. "Como en la época de los militares se intervino un municipio, el día después que todos festejábamos los 25 años de la democracia", le dijo el senador por el Departamento de Cachi, Pablo Díaz, al matutino. La intervención es por seis meses y alcanza al municipio y no al Concejo Deliberante, como fue aprobada por las cámaras de Diputados y Senadores. El 7 de junio del 2009 en Payogasta elegirá su intendente hasta 2011.

Esta política de colocar a su mujer en un cargo del gobierno provincial también la tomó Capitanich hace poco más de un mes cuando incorporó a su esposa Sandra Mendoza en su gabinete ostentando el cargo de ministra de Salud.

Violencia y represión

Mientras la provincia chaqueña es sacudida por la violencia con el reciente asesinato de una estudiante de 16 años a la salida de una fiesta de graduación escolar y un sospechoso apuñalamiento de un periodista en pleno centro de Resistencia, durante un choque entre militantes dirigidos por un dirigente allegado al gobernador de Chaco y gremialistas municipales, Capitanich minimizó la situación. Según el diario Clarín en una conferencia de prensa donde hacía un balance de su gestión, se vanaglorió: "Yo manejo mi auto, no tengo custodia. No le tengo miedo a nada ni a nadie. O sea que soy macho y me la aguanto".

Es que no espera ser atacado. Ni física, ni políticamente. Según el medio local Chaco día por día un grupo de choque de Capitanich atacó a los empleados municipales que protestaban contra el gobierno, donde apuñalaron en la espalda al periodista del diario Norte, Fabricio Glibota. El violento enfrentamiento entre los trabajadores opositores y militantes dirigidos por un dirigente cercano al gobernador, terminó palazos, ladrillazos facazos, rotura de vidrieras de negocios céntricos y varios lesionados.

Como si fuera un espejo, en los dos nortes, la represión se repite del este al oeste. En el caso de Salta, fue el diario Buenos Aires Económico (BAE) quien informó que en octubre el gobierno de Urtubey reprimió, por segunda vez, con gases lacrimógenos a los docentes que reclamaban por un mejor salario en la plaza central de la ciudad de Salta.