Ayotzinapa

En Bucareli festejan que la crisis de Ayotzinapa le explotó a Rosa Icela y culpan al subsecretario Medina

Teorías y acusaciones tras la hecatombe en Palacio Nacional. El blindaje militar y el cálculo hacia el próximo sexenio. La carta de la persecución.

 El Gobierno ayer miércoles vivió una crisis de política doméstica por el caso Ayotzinapa pero en la Secretaría de Gobernación había alivio porque todo el tema está controlado por el subsecretario Arturo Medina, que responde a Rosa Icela Rodríguez y que vive en permanente fricción con Luisa María Alcalde.

De hecho, para los allegados a la titular de Bucareli lo ocurrido es casi un golpe de suerte porque la preserva de un tema escabroso y que dificultaría las chances de Luisa María de continuar en el eventual gabinete de Claudia Sheinbaum. LPO reveló que cerca de Claudia analizan ubicar a alcalde en la embajada en Washington.

Es una posición de primer nivel, pero el entorno de la secretaria prefiere que se quede en el gabinete para avanzar en la construcción de un proyecto político en la CDMX.

Medina, igual que Rosa Icela, está completamente en sintonía con la tesis del presidente de que los responsables de la Sedena del caso Ayotzinapa ya fueron investigados y que no hay nadie más sobre quien avanzar.

Descontrol en Palacio por Ayotzinapa: AMLO cree que la DEA está detrás de la furia de los padres 

Para entender: el general Salvador Cienfuegos es intocable y si alguna duda existía en Palacio Nacional se terminó de disipar en un encuentro que tuvo Andrés Manuel López Obrador el año pasado con la cúpula militar, pocos días antes de condecorar a Cienfuegos. Por esas fechas el presidente le comenzaba a encontrar el gusto a volar únicamente en jets militares, en sus recorridos por el interior del país.

Como informó esta redacción, la lectura que predomina en Palacio es que cualquier acusación sobre Cienfuegos y su entorno implica hacerle el juego a la DEA, agencia que a su vez intenta, según esta lógica, desestabilizar la contienda presidencial mexicana.

En la noche de ayer miércoles en Palacio circulaban teorías más propias de la realidad nacional, como que detrás de la hecatombe de ayer en realidad se encuentran grupos criminales de Guerrero que han encontrado en el caso Ayotzinapa un espacio de oportunidad para condicionar al Gobierno. En ciertos registros de seguridad que se revisaron se constantó que entre los manifestantes de ayer había mayoritariamente familiares y allegados a los jóvenes desaparecidos.

Otro rumor que circuló en la cúpula es que la necesidad de dar una respuesta final al pedido de justicia podría forzar al presidente a un movimiento que evitó todo el sexenio: ir contra Enrique Peña Nieto y acusarlo del papel que jugó en esas horas fatídicas del 2014, que por cierto, marcaron el inicio del fin de su sexenio.

Sería una jugada de enorme audacia si se considera que el expresidente y su grupo político guardan una sintonía casi natural con el gobierno de Delfina Gómez en el Edomex y que hace algunas semanas, cuando Xóchitl Gálvez visitó Madrid, el exmandatario suspendió compromisos y poco más escapó de la ciudad ibérica para eludir asociaciones incómodas.