California

Exclusivo: Cómo era el mecanismo de Cheesecake Factory para robarle un millón de dólares a sus trabajadoras latinas

La cadena de restaurantes subcontrata empleadas de limpieza para apropiarse de horas extras impagas en los condados de San Diego y Orange. LPO habló con las damnificadas.

Las primeras quejas de trabajadoras comenzaron a surgir alrededor del 2015 en el sur de California. Empleadas de limpieza que en su mayoría solo hablaban español buscaban ayuda de organizaciones civiles para lamentarse de que las largas jornadas de trabajo empezaban a afectar su salud y tenían impacto en su ánimo.

Yardeen Aaron, una activista de la organización civil Fondo Fiduciario de Cooperación para el Mantenimiento dijo a LPO que esos grupos no tardaron en comprender que las empleadas de limpieza enfrentaban condiciones de trabajo fuera de lo normal en una cadena de ocho restaurantes en la región.

Las empleadas trabajaban en turnos que empezaban a la media noche. Ocho horas después debería haber terminado oficialmente su turno, pero 598 empleadas tenían que esperar todos los días unas cuantas horas más, hasta que cocineros y administradores revisaban todo, poco antes de abrir, a las 11 de la mañana.

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"Por lo general, cuando llegaban los meseros, cocineros, administradores, todavía les pedían hacer trabajo adicional. Eran horas de trabajo extra que nadie les pagaba, una explotación de los restaurantes Cheesecake Factory", dijo Aaron. 

Para evitar que las despidieran de las empresas que las habían subcontratado para Cheesecake Factory, una cadena que es dueña de 331 restaurantes en todo el país, las mujeres decidieron no iniciar su reclamo de inmediato. El efecto fue paradójico. Las trabajadoras acumularon tantas horas sin cobrar que en menos de tres años les debían el equivalente a más de un millón de dólares.

En base al testimonio de las mujeres que se animaron a hablar, la Oficina del Comisionado Laboral encontró que las empleadas eran víctimas de fraude: desarrollaban tareas adicionales fuera de sus horarios de trabajo, que nadie les pagaba y solo beneficiaba a los empleadores. 

Con la ayuda de las organizaciones civiles en las que las empleadas primero buscaron ayuda, el Fondo Fiduciario localizó y consiguió testimonios de unas 60 trabajadoras, que se atrevieron a informar a investigadores estatales que fueron víctimas de robo de salarios en los Cheesecake Factory en los condados de San Diego y Orange.

En base a los testimonios, el fondo pidió una investigación a la Oficina del Comisionado Laboral de California que encontró que, efectivamente, las empleadas eran víctimas de un fraude: desarrollaban tareas adicionales fuera de sus horarios de trabajo, que eran tiempo y actividades que nadie les pagaba y solo beneficiaba a los restaurantes y a sus subcontratistas.

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El gobierno de California determinó que la cadena de restaurantes y las empresas de limpieza al servicio de esa cadena que subcontrata a las empleadas deberá pagar un millón de dólares directamente a las empleadas perjudicadas.

Los robos de salario en el caso ocurrieron entre los años 2014 y 2017. Muchas trabajadoras se han mudado, cambiado de empresa para las que trabajan subcontratadas o incluso han regresado a sus países de origen, principalmente a México, por lo que el Fondo Fiduciario ahora se asocia con consulados de México en la región, relató Aaron.

La activista declaró que espera que el caso siente un precedente estatal para la industria de la limpieza privada en California. "Es un sector en el que invariablemente encontramos abusos y casos de explotación laboral, porque el personal está muy vulnerable", dijo. Por lo general son mujeres, inmigrantes, la mayoría madres, casi todas latinas y muchas de ellas contratadas pese a su condición migratoria irregular, o precisamente por esa condición, pues aumenta su vulnerabilidad.

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Las empleadas latinas que se animaron a denunciar el mecanismo consideran "indudable" que Cheesecake Factory sabía que explotaba a las trabajadoras y sostienen que por eso lo hacía a través de compañías de limpieza que las subcontrataban. Asi, evadía posibilidades de demandas colectivas.

La investigación fue exitosa gracias a una ley estatal firmada en el 2015, la AB1897, que responsabiliza precisamente a las corporaciones o compañías que utilizan empresas intermediarias subcontratadas para explotar trabajadores.

Las empleadas iniciaban su turno a la medianoche y ocho horas después debían finalizar, pero tenían que esperar todos los días hasta poco antes de que el restaurante abriera otra vez, a las 11 de la mañana.

La ley fue pensada inicialmente para proteger a trabajadores de la poderosa industria agrícola de California, valorada en $56,000 millones de dólares, pues los campesinos nunca tratan con los agroindustriales, sino con capataces que los subcontratan.

Esther, una madre de familia mexicana que trabaja en limpieza de edificios, dijo a LPO que es una labor de todo el día. "Si usted considera que hay que arreglarse y uniformarse limpia, conducir más de una hora para llegar a trabajar, cubrir el turno de 8 horas, esperar a que lo revisen, a veces una o dos horas, y luego de regreso a casa a dormir", remarcó.

Dijo que mientras trabaja en un turno y una jornada así, le es imposible hacer tiempo para buscar un empleo diferente o más cercano a su domicilio. "Queda una de alguna forma como esclavizada", pues depende de ese salario.

Las personas que hayan trabajado en Cheesecake Factory de los condados de San Diego y Orange entre el 31 de agosto del 2014 y el 31 de agosto del 2017 pueden buscar una compensación al número telefónico 1 619 213 5260.