Feijóo se mete en la interna del PSOE: "No puede tener sentado a un presidente que acaba de ser vapuleado en las urnas"
En Moncloa tienen razones de sobra para señalar a Alberto Núñez Feijóo como instigador a una rebelión soterrada en el PSOE. Aclaran que las versiones sobre la sucesión de Pedro Sánchez a manos de sus barones son malintencionadas y parte de la estrategia de desafección. Y Feijóo bien podría darles la razón a los socialistas.
Es que el líder del PP agita la idea de que él ya ha ganado las generales y el PSOE debe entender la etapa de transición en la que se encontraría. "Derogar el sanchismo y hablar con el PSOE no son cosas incompatibles. Primero porque si nosotros ganamos las elecciones, el Partido Socialista tiene que tomar una decisión y no puede tener sentado a un presidente de Gobierno que acaba de ser vapuleado en las urnas", apuntó.
Los barones socialista buscan consolidar su poder para reemplazar a Sánchez en caso de derrota
"Si el futuro es un señor que ha perdido las elecciones siendo presidente del Gobierno y no abandona la cámara, pues la verdad es que eso lo pone muy fácil al Gobierno", consideró Feijóo, quien pide a Sánchez un acuerdo de compromiso para que gobierne la lista más votada y hasta sugirió que llamaría personalmente a los líderes del PSOE para que convenciesen a su secretario general en caso de negarse.
El popular Carlos Mazón y el socialista Ximo Puig.
Las declaraciones de Feijóo se producen el mismo jueves en que el CIS publica los números de su macroencuesta, que da al PSOE el 31% de los votos, en primer lugar, y al PP un 29,6%, a contramano de la mayoría de los sondeos. Ferraz celebró los números con cautela, sobre todo porque el barómetro antecede al debate cara a cara entre el jefe del Gobierno y el líder de la oposición.
En el PSOE responden que Feijóo necesita radicalizar su mensaje porque esta semana se erigen los gobiernos autonómicos de Comunidad Valenciana y Extremadura, donde el PP ha llegado a un pacto de gobierno con Vox. El dirigente gallego no solo no tendría que cantar victoria antes del 23J, sino que deberá prestar atención a lo que sucede en los territorios con los ejecutivos de coalición de las derechas: tiene allí un adelanto de lo que le espera en Moncloa, dice a LPO una fuente involucrada en la campaña socialista.
Los barones socialistas se reorganizan ante el cimbronazo de una nueva derrota, tal es lógico en cualquier formación, y han rechazado públicamente la invitación de Feijóo para meter presión a Sánchez y facilitar su investidura. Se mantendrán al margen de ese pulso, conscientes de que en la fiscalización de los gobiernos autonómicos y locales del PP y Vox radica su eventual regreso al poder.
Santiago Abascal, líder de Vox, en Mérida, Badajoz.
Como le recordó Abascal a Feijóo, el PP no puede creerse que la elección ya está cocinada. Hay alta concurrencia por correo, la movilización es una incógnita y Sumar se mueve entre la cuarta y la tercera posición, factores nada despreciables a la hora de esperar los resultados. En el PP no hay exitismo, y aguardan que la conducción verticalista de su líder de la suma suficiente para asegurar el dominio político, desde los territorios a Madrid.