Ayuso apunta a Sánchez por la compra de votos desde un bastión del PSOE en crisis
Isabel Díaz Ayuso comienza a cerrar su campaña a la reelección, plagada de críticas a Pedro Sánchez y sin sobresaltos en las encuestas. En otras palabras, la presidenta de Madrid está segura de que será la candidata más votada, y por eso se anima a nacionalizar la discusión con sus rivales. Y los casos de compra de votos en Melilla y Mojácar es un regalo inesperado en las vísperas de los comicios.
"No podemos poner las instituciones al servicio de nadie y de ningún gobierno", dijo Ayuso, sin mencionar las detenciones que tocan de cerca al PP. Pidió explicaciones al Ejecutivo de Sánchez y que se garantizase la transparencia el próximo domingo, una posición que le acerca a Vox, la formación que ha denunciado fraude por el voto por correo. Pero la presidenta dio otro paso para inclinarle el campo de juego al PSOE.
El PSOE y el PP se echan en cara los casos de compra de votos en Melilla y Almería
La dirigente popular apareció el miércoles en Móstoles, bastión socialista y uno de los municipios más poblados de la Comunidad de Madrid, donde el PP autonómico sueña con arrebatarle al PSOE y hacer lo mismo con el cinturón rojo. Ayuso se ha planteado ese objetivo, aunque está lejos de conseguirlo: Móstoles vota a la izquierda y si no es el PSOE, puede ser Más Madrid de Mónica García.
La alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse.
En cualquier caso, como admite una de las cabezas del equipo de campaña, Ayuso fue a hacer ruido. La sede del partido en Móstoles fue atacada con gas pimienta esta semana, con militantes populares dentro, por encapuchados que gritaban "os vamos a matar", según los testigos. La presidenta vinculó los ataques al edificio con los cuestionamientos a su familia. "¿Qué es lo que están haciendo con cada uno de nosotros?", preguntó.
La excusa fue el acto partidario, si bien sabe que la alcaldesa socialista, Noelia Posse, ha sido blindada por Juan Lobato y Ferraz luego de que la Audiencia Provincial resolviese procesarle a ella y a ocho funcionarios de su gobierno por prevaricación al condonar tributos por un valor que supera los 2 millones de euros. Posse dijo entonces que se presentaría y Lobato acompañó la decisión.
Móstoles es una de las plazas donde el electorado de izquierda tendrá que elegir entre el PSOE y Más Madrid. Esa división entusiasma al equipo de la presidenta, que ve en ese escenario una oportunidad de impulsar al PP en el sur de Madrid. De hecho, la querella contra Posse había sido una iniciativa de los de Mónica García. Con tres partidos más o menos competitivos en el bloque de izquierda, Ayuso empieza a pintar el mapa de azul.
Juan Lobato entre Alfonso Serrano y Alejandra Jacinto.
Desde la oposición le recriminan al PP madrileño que prepare una campaña de choque contra Moncloa, con las menciones a ETA una semana, y la siguiente con los casos de compra de votos. Ayuso cuenta con un piso alto en una región dominada por los populares y ahora apuesta por posicionar al partido en una zona que se le resiste. El domingo se conocerán los límites del proyecto de la presidenta.