Ruiz Massieu toma distancia de Osorio Chong e inicia operación cicatriz con Añorve
Claudia Ruiz Massieu conversará en los próximos días con el coordinador de los senadores del PRI Manuel Añorve para lograr un entendimiento y consolidar su trayectoria actual que es la de tomar distancia de Miguel Ángel Osorio Chong, su principal referente en la Cámara Alta.
Ruiz Massieu quiere construir una plataforma hacia las elecciones del 2030 y necesita un vehículo para continuar recorriendo el país y haciendo política. En las últimas semanas la senadora parece comprender que no hay demasiado horizonte por fuera del tricolor.
El salto hacia MC es muy complejo. Tiene una extraordinaria relación con Dante Delgado pero para el dirigente naranja es difícil recibirla sin generar algún tipo de tensión con Luis Donaldo Colosio, el principal activo electoral de MC. Es entendible: en el imaginario popular la familia de la senadora tiene vinculación con el magnicidio de Lomas Taurinas. Historias y mitos que ganan relevancia por el interés reciente de Palacio Nacional de reabrir la pesquisa de ese crimen que marcó a México.
Por cierto: ¿Las conversaciones de Ruiz Massieu con Dante tienen relación con ciertos dichos en privado de Santiago Creel de que el alcalde de Monterrey analiza buscar su reelección pero por el PAN en lugar de MC?
Fuera de MC no hay demasiado destino. La recepción de Ruiz Massieu en el PAN no sería sencilla y el PRD, donde los amigos de Osorio Chong dicen que ambos podrían recalar, no tiene demasiadas posiciones que ofrecer.
Así las cosas, desde la dirigencia del PRI se ejecuta la táctica de no confrontar ni con Ruiz Massieu ni con Osorio. Añorve no critica a su antecesor y deja de lado detalles poco decorosos como que cuando Osorio desalojó las oficinas de la coordinación se llevó toda la vajilla y hasta su heladera personal. "Es todo mío, yo lo compré", atinó a comentar mientras coordinaba su mudanza.
La meta de esta tregua es que Osorio y Ruiz Massieu acepten ser candidatos a cargos de elección el año que viene y que de paso demuestren el músculo electoral que ambos presumen.
Sería entendido como un gesto con el partido y quedarían atrás rencillas inquietantes, como ciertas llamadas a Estados Unidos con la meta de perjudicar a un histórico del PRI que el año que viene pudiera reaparecer.