Litigios

Trump regresa a Nueva York para enfrentar otra demanda de la fiscal afroamericana a quien acusa de "racista a la inversa"

Estará el jueves en Manhattan para comparecer ante Letitia James, la fiscal general que abiertamente le declaró la guerra. De qué se trata la causa que salpica a tres hijos de Trump.

 Cuando Donald Trump se mudo formalmente a Florida en 2019 desde Nueva York, sabía que su ciudad natal no simpatizaba especialmente con él. Pero tal vez no imaginaba los dolores de cabeza que le iba a suponer tener que regresar. Tras una semana en la que su histórico paso por el tribunal ha sacudido la política estadounidense, el ex presidente debe volver. Esta vez ante la fiscal del estado Letitia James, otra figura que le declaró abiertamente la guerra al republicano de la misma forma que el fiscal de Manhattan Alvin Bragg.

Está previsto que Trump regrese a la Gran Manzana el jueves para una segunda declaración como parte de la demanda por fraude civil de $250 millones presentada por la fiscal general de Nueva York.

Trump previamente se sentó para una declaración que duró una hora en agosto, antes de que James presentara su demanda que acusaba a Trump, sus hijos mayores y su compañía de inflar de manera fraudulenta el valor de la cartera de bienes raíces de Trump y su patrimonio neto.

"Trump está recuperando los votantes que se fueron con DeSantis y hay que admirar su estrategia de comunicación política"James está tratando de impedir que los Trump, incluidos sus hijos Donald Jr., Eric y su hija mayor Ivanka, vuelvan a dirigir un negocio en Nueva York. Ya ha solicitado con éxito que un juez designe a un veedor independiente para supervisar el uso que hace la Organización Trump de sus estados financieros anuales, en los cuales, dice la fiscal general en su demanda, la empresa sobrevaloró sus activos.

Alvin Bragg y Letitia James, los fiscales que investigan a Trump por diversas causas

En enero, un juez de Nueva York se negó a desestimar la demanda del fiscal general contra Trump, lo que aumentó la probabilidad de que enfrente un juicio por el asunto este otoño.Debido a que la investigación de James es civil, puede demandar al ex presidente pero no puede presentar cargos penales. Ella podría optar por continuar con las negociaciones de conciliación con la esperanza de obtener un pago financiero más rápido. Pero si ella prevaleciera en el juicio, un juez podría imponer fuertes sanciones financieras a Trump y restringir sus operaciones comerciales en Nueva York. 

La guerra verbal entre James y Trump viene de hace rato. Incluso el ex presidente, en la conferencia al regresar a Florida luego de presentarse ante Bragg, le apuntó directamente a James: "Se trata de una investigación civil por parte de otra racista a la inversa que también hizo campaña con el lema: Atraparé a Trump, lo atraparé". "Su nombre es Letitia James y proclamó mientras hacía campaña: ‘Espero ir a la oficina del fiscal general todos los días para demandarlo y luego irme a casa', antes de conocerme", dijo Trump. 

"Esto es una persecución, no una investigación. Ha hecho pasar a nuestra familia por un infierno. No has costado cientos de millones de dólares defendernos, pero tenemos la cabeza muy, muy alta", añadió.De todas formas, la presencia de Trump en Nueva York por la imputación de Alvin Bragg fue la primera de varias causas abiertas. De hecho, cuando Trump dejó la Casa Blanca de manera tortuosa ya empezaban las especulaciones sobre lo que pasaría una vez el ex presidente dejara el despacho oval y tuviera que enfrentar las múltiples causas.

A parte de los dos casos abiertos en Nueva York, los 34 crímenes de Bragg y la investigación de James, Trump tiene pendiente una investigación federal, ahora en manos de un fiscal especial, quien está investigando los esfuerzos del republicano para revertir su derrota en las urnas en 2020 y su papel en los eventos que llevaron a la toma del Capitolio por parte de sus seguidores en aquel famoso 6 de enero.

El fiscal especial también está analizando el manejo de Trump de los materiales clasificados que se encontraron en su casa en Florida. El 22 de marzo, un tribunal federal de apelaciones dictaminó que un abogado de Trump tenía que entregar a los fiscales lo que probablemente serían docenas de documentos relacionados con su trabajo legal para el presidente y comparecer ante un gran jurado para responder a sus preguntas.

Por último, un fiscal de Georgia se encuentra en las etapas finales de una investigación sobre los intentos de Trump de revertir los resultados electorales en ese estado. 

Quien ya anunció su postulación para la contienda del 2024, ha lidiado toda su vida con amenazas de enjuiciamiento, ha dedicado importantes sumas de dinero a protegerse ante demandas, y siempre ha logrado salir airoso. 

Ahora, incluso ante la seriedad de su primera vez imputado, Trump ha logrado rentabilizar los hechos para ganar fuerza con su base de simpatizantes. Su intención de voto se ha disparado y la recaudación de donaciones también ha visto un aumento exponencial. Falta ver cómo podrá capear las embestidas judiciales que van definiéndose cada vez más. Y, como el caso de la investigación encabezada por James, es de esperar que se niegue a responder preguntas para evitar incriminarse a sí mismo (al igual de lo que sucedió el año pasado).

El expresidente no respondió muchas preguntas en la primera declaración aparte de afirmar que entendía las reglas básicas y los procedimientos. Cuando Kevin Wallace, el abogado principal del fiscal general, preguntó qué hizo Trump para prepararse para la declaración, respondió: "muy poco".

Cuando se le hicieron preguntas sobre sus finanzas, Trump invocó repetidamente la Quinta Enmienda y continuó haciéndolo durante las siguientes horas. La demanda afirma que la finca y campo de golf de Trump en Florida, Mar-a-Lago, fue valorada en $739 millones, pero debería haber sido valorada en $75 millones. También se alega que Trump tiene activos sobrevaluados como su apartamento en la Torre Trump; Trump Turnberry, su campo de golf en Escocia; y 40 Wall Street. 

Debido a que la investigación de James es civil, puede demandar al ex presidente pero no puede presentar cargos penales. Ella podría optar por continuar con las negociaciones de conciliación con la esperanza de obtener un pago más rápido. Pero si ella prevaleciera en el juicio, un juez podría imponer fuertes sanciones financieras a Trump y restringir sus operaciones comerciales en Nueva York

Trump inicialmente había contrademandado a James por presentar la demanda en su contra. Pero la retiró en enero, después de que el juez federal de distrito Donald Middlebrooks advirtiera al equipo legal de Trump que la demanda parecía rayar en la frivolidad.

Así es Trump: polémico y siempre dispuesto a atacar a cualquiera que se atreva a contradecirlo, o en este caso a enjuiciarlo. Cuando Bragg consiguió sentar a Trump en el banquillo de los acusados, forzar una imagen de un Trump abatido de hombros caídos, no tardó el ex presidente en embestir contra el fiscal de Manhattan, horas después, desde Mar a Lago.

Lo mismo cabe esperar de su nueva interacción con James. Eso sí, cada vez sus palabras están más medidas por un séquito de abogados que advierten al republicano de las consecuencias de ciertos comentarios. Se estrecha el cerco, y pese a que todas esas causas pendientes podrían asustar a cualquiera, se trata de Donald Trump, una figura que crece cuando es el centro de atención y sabe sacarle partido, mientras se pueda.