Activistas de California desafian a Newsom y le exigen que frene la construcción del muro de Trump en la frontera
Los fundadores de la Iglesia Fronteriza, John Fanestil, y del Jardín Binacional entre México y Estados Unidos, Daniel Watman, ingresaron en las últimas horas a una zona restringida por la patrulla fronteriza para presionar al gobernador de California Gavin Newsom y reclamarle que actúe para detener la construcción del último tramo de muros de la era de Donald Trump.
"Quisimos ver a nuestros amigos del lado mexicano de la frontera para celebrar con ellos al menos una misa de la Semana Santa, pero también esperamos llamar la atención del gobernador Newsom para que tome cartas y detenga la construcción de muros de la era de Trump en un parque que es estatal", dijo Fanestil a LPO.
Para motivar a Newsom, ambos dirigentes locales de San Diego caminaron por una playa durante cerca de una hora hasta llegar al Parque de la Amistad, donde California y México se unen con el Pacífico.
La patrulla fronteriza clausuró el parque al público desde marzo del 2020, en el marco de la pandemia. Tres años después, todavía lo mantiene cerrado y desde hace unas semanas empezó a construir dos muros de 30 pies de altura, paralelos a otro que ya divide la frontera con la ciudad mexicana de Tijuana.
Con esos muros, el Parque de la Amistad quedará completamente aislado entre tres barras de unos 9 metros de alto sin que las personas al lado estadounidense puedan acercarse a las del lado mexicano.
"Pensamos que como este es un parque del estado de California, el gobernador podría venir a ver de primera mano cómo nos relacionamos", comentó Fanestil. Se refería a la amistad, las creencias religiosas y los lazos familiares que unen a los dos pueblos.
El Parque Estatal Campo Fronterizo es jurisdicción de California y son oficiales estatales quienes cuidan el área con helechos que solo crecen en esa zona y es una de las favoritas entre observadores de pájaros.
Esta es la primera vez que los representantes del lado de California desafían a las autoridades fronterizas para llegar hasta el muro que divide a los dos países en un área donde pueden comunicarse a través de una malla de acero que solo les deja tocarse las yemas de los dedos y verse a través de pequeñas perforaciones en el tejido de metal.
El dirigente Daniel Watman y el reverendo John Fanestil.
Después de más de tres años con el paso prohibido, oró por primera vez junto al muro fronterizo. Fue una forma de recuperar la tradición que se celebró en ese mismo lugar durante años, con una misa que se oía simultáneamente a los dos lados de la frontera.
Como parte del mismo ritual, Watman en el Jardín Binacional al lado estadounidense y otra persona al lado mexicano plantaron simultáneamente salvias blancas, una especie de flora local en la región fronteriza que se eleva como símbolo de unidad.
Al lugar llegó al menos una docena de vehículos y motociclistas de la patrulla fronteriza y aunque unos agentes les llamaron la atención, la situación no pasó a mayores.
Más tarde un oficial federal les entregó a los dos dirigentes citatorios para presentarse en un tribunal a pagar una multa cada uno. Pero ambos dijeron a LPO que planean presentarse en corte para disputar los cargos.
La oficina del gobernador Newsom permanecía sin responder el lunes a solicitudes de reacciones al ingreso de los activistas de San Diego al parque estatal. Ambos activistas ya habían sido arrestados en esas mismas inmediaciones en febrero del 2009, cuando la patrulla cerró el Parque de la Amistad en forma temporal.
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Ahora, bajo la administración demócrata de Joe Biden, la patrulla construye en el lugar el último tramo del muro de la era Trump, de cerca de dos kilómetros de extensión.
La esposa del ex presidente Richard Nixon inauguró el parque en 1971 como símbolo de la amistad de los pueblos de México y Estados Unidos, y desde entonces se convirtió en un punto tradicional de encuentro de familias divididas por la frontera. Hasta allí llegaron durante décadas familias que, por distintas razones, no podían cruzar la frontera, para presentarse a los nuevos bebés o a los nuevos matrimonios, o despedirse, incluso personas con enfermedades terminales.
El Jardín Binacional fue inaugurado en el 2009 como símbolo de la voluntad compartida de preservar el ecosistema de la región aún con la barda metálica de por medio. A partir de 2010, la Iglesia fronteriza se unió a oficiar misas simultáneas en los dos lados del muro.