Exclusivo: Piña se niega a cabildear la extradición de Ovidio y Adán recluta al operador de Zaldívar
Andrés Manuel López Obrador no termina de digerir que la nueva presidencia de la Suprema Corte esté en manos de Norma Piña. Ocurre que la ministra está cumpliendo con los pronósticos: se niega a interceder antes jueces y magistrados para resolver temas complejos para el Gobierno, una práctica que acercó como nunca a Arturo Zaldívar con Palacio Nacional.
Desde la Corte confirmaron a LPO que en las últimas semanas varios personajes cercanos a López Obrador visitaron a Piña. La ministra escuchó las solicitudes y -jugando a la distraída- respondió varias veces que no entendía por qué se lo planteaban a ella, si no está en sus manos resolver cuestiones de tribunales menores.
AMLO: "Con la llegada de Piña se desató una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes"
Según pudo saber este medio, en el último encuentro se le solicitó interceder ante los jueces que traban la extradición de Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo que es requerido por la Justicia de los Estados Unidos. La negativa de la ministra fue total.
De este modo, los canales de comunicación con la Corte que había establecido Julio Scherer en un principio, y luego Adán Augusto desde la Segob, se empantanaron. Acaso haya una autocrítica desde Palacio Nacional alrededor de la decisión de AMLO de criticar desde su mañanera a Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena.
Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte.
Pero Adán Augusto ya tomó cartas en el asunto. Desde hace varias semanas reclutó a Carlos Alpízar, el operador que utilizó Zaldívar desde el Consejo de la Judicatura para visitar jueces. El ex secretario general de la presidencia en dicho Consejo ahora trabaja de manera oficioso para la Secretaría de Gobernación.
Alpízar ya tuvo varios cortocircuitos con jueces que no aceptaron su interlocución. Fue el caso del juez Juan Pablo Gómez Fierro, responsable de otorgar suspensión por amparos a la Reforma Eléctrica de AMLO.
Esta redacción relató la "visita" de Alpízar, que desde luego incluía el aviso sobre la posible intervención del Consejo de Judicatura. Dicho de otro modo, que podrían iniciarle una investigación en su contra.
"A mí no me amenazan, le dices a Zaldívar que se vaya a la chingada", empezó a gritar el juez Fierro, según pudo reconstruir La Política Online. La reunión terminó de forma abrupta y con insultos.