Hidrógeno verde

"El H2Med es una trampa para la transición energética y la coartada para el plan nuclear francés"

La Fundación Renovables y Greenpeace advierten que las proyecciones del hidrógeno verde son un "sueño megalitico" que van camino al fracaso por sus incongruencias técnicas y políticas.

Trampa. Coartada. Error. Sueño megalítico. Infraestructura fallida. Modelo extractivo e insostenible. Escalada sin límites de ambición empresarial. Los términos (las advertencias) aparecen en las 20 páginas que la Fundación Renovables y Greenpeace redactaron para "desmontar" una de las principales estrategias de Europa y de España para descarbonizar las economías: la ambiciosa y millonaria apuesta por el hidrógeno verde. 

Estas dos organizaciones publicaron este martes un contundente documento alertando, con datos, cálculos y cifras, de las enormes incongruencias (políticas, técnicas, económicas, sociales) de los planes de Bruselas y de Moncloa respecto a este vector energético.

El informe critica, por un lado, las irrisorias proyecciones de producción y de exportación del hidrógeno renovable y, por el otro, la gran infraestructura europea (el H2Med) que, con fondos públicos, se va construir en los próximos años.

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A juicio de estas dos organizaciones, este corredor es "la coartada del mantenimiento del modelo actual". El Gobierno español, "capitaneado por Enagás y el sector gasista tradicional", ha hecho -según el informe- una apuesta por este "sueño megalítico", muy ajeno a la realidad del desarrollo de renovables y de la demanda real de hidrógeno actual y futura.

"Plantearse megaproyectos sin la certeza de que serán operativamente utilizados es un error que incrementará la presión para la transición energética y que puede acabar convirtiendo el hidroducto en una infraestructura fallida, siguiendo una práctica desgraciadamente muy habitual en el modelo concesional español de realización de infraestructuras como han sido las regasificadoras o las autopistas radiales", sostiene el documento.

El hidrogeno será, sin duda, la guinda de la transición energética, pero nunca será el pastel, como el sector gasista y el Gobierno nos quieren hacer creer

Y agrega: "Este proyecto, por otro lado, va a afianzar la apuesta nuclear francesa y que el sentido del flujo de hidrógeno sea desde Francia a Europa con origen nuclear, un parque nuclear francés deteriorado con más de 20 centrales paradas por diferentes procesos de mantenimiento y la opacidad de EDF".

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La preocupación de los autores del documento es que estas iniciativas conviertan a la transición energética en "un modelo extractivo e insostenible que socialmente no va a ser aceptado". 

 El presidente de la Fundación Renovables, Fernando Ferrando Vitales. 

Se recuerda que el "desarrollo renovable en España está siendo complejo, atendiendo a la capacidad de evacuación de nuestro sistema eléctrico y a la escasa aceptación social de su desarrollo en el medio rural", debido a no haber establecido "previamente el marco de ordenación del territorio" y un "diálogo con las diferentes comunidades afectadas para que su implantación tuviera la aceptación social y ambiental exigible".

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La conclusión es que "el hidrógeno no debería ser el vector energético base para la transición energética y su apuesta debe estar supeditada a la evolución de la demanda y no, exclusivamente, a la promoción de infraestructuras y de una oferta en la que todavía está pendiente gran parte de su desarrollo tecnológico".

El documento, que realiza un análisis de las necesidades reales del hidrógeno (En España la presencia de hidrógeno verde es anecdótica, pues el 99% de las 500.000 toneladas de hidrógeno que se producen anualmente se generan con gas natural), señala que este no debe ser el sustituto de los combustibles fósiles; se recalca que su uso no es viable fuera de instalaciones industriales porque su origen es la electricidad, por sus características físicas y por seguridad.

Tenemos que olvidar la idea de que, en el futuro, por donde nos llega el gas natural, nos llegará un combustible como el hidrógeno. Nuestras viviendas, nuestros coches, nuestro día a día no serán a base de hidrógeno

"Tenemos que olvidar la idea de que, en el futuro, nos llegará un combustible limpio como el hidrógeno por donde actualmente nos llega el gas natural. Nuestras viviendas, nuestros coches, nuestro día a día no serán a base de hidrógeno. Es algo que no va a tener ningún impacto en la vida diaria de la gente, solo de algunas empresas", explica Fernando Ferrando, presidente de Fundación Renovables, quien denuncia que "España quiere liderar la economía del hidrógeno huyendo hacia adelante sin la necesaria reflexión sobre el entorno en el que nos encontramos.

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El Gobierno de España, presionado por Enagás y deslumbrado por la inyección de los fondos Next Generation, está intentando convertir al país en "hub" de hidrógeno en vez de intentar democratizar un sistema energético en el que se apueste de forma prioritaria por la generación cerca del consumo y no por un sistema de grandes centrales e infraestructuras como continuidad del modelo actual. 

"La realidad de las dificultades de aceptación social del despliegue renovable debe hacernos pensar que nuestra apuesta debe ser la integración y no la conversión de las renovables en un proceso extractivo", piden las instituciones firmantes.

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Para Ferrando, "proyectar demandas futuras que no se han producido y cuya realidad está más basada en generar una oferta artificial, por la disponibilidad de fondos europeos o el apoyo público regulatorio" acabará con costes asumidos por la sociedad, como consumidores directos o simplemente como contribuyentes.

"El hidrógeno será, sin duda, la guinda de la transición energética, pero nunca será el pastel, como el sector gasista y el Gobierno nos quieren hacer creer", concluye el experto.