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Por presión de Ken Salazar, la Sedena se encamina a arrendar aviones Embraer para su aerolínea

El Departamento de Estado impide cualquier negociación con fabricantes chinos. Guiños a Lula.

 El rol de China en el acuerdo entre Arabia Saudita e Irán, así como la avanzada diplomática y comercial del gigante asiático en África convierten cada vez más a América Latina como una posición de influencia de Washington a defender de la injerencia de Beijing.  Se observa en lo macro pero se registra en asuntos muy concretos como el arrendamiento de aviones que la Sedena debe efectuar para lanzar su aerolínea estatal.

Según pudo conocer LPO, tanto el embajador Ken Salazar como los agregados militares de la Embajada de Estados Unidos fueron enfáticos con el general Luis Crescencio Sandoval para que la Sedena descarte fabricantes chinos y se incline por los aviones de Embraer, compañía brasilera controlada por privados pero en la cual el gobierno de Lula Da Silva tiene una acción de oro que le permite definir los temas centrales.

China ya tiene capacidad y tecnología para fabricar y vender sus aviones C919, de hecho el principal destino además del mercado interno será India que comprará decenas de esos aparatos,  pero el Departamento de Estado quiere evitar cualquier tipo de expansión a Latinoamérica. Va en sintonía con el mensaje recurrente de Anthony Blinken de que el continente tenga autonomía en temas de alimentación, tecnología y fabricación de medicamentos. De esto se conversó en diversos encuentros informales en la reunión de ministros de Economía del G-20 en Bangalore.

La Sedena coqueteó con los aviones chinos, mpas que por una cuestión de afinidad por el hecho de que tanto Boeing como Airbus están en problemas para abastecer de repuestos y ni hablar para producir nuevos aviones.

Respecto a la nueva aerolínea hay múltiples dudas que inciden en el tipo de avión requerido porque no se conoce todavía si el plan de los militares es abordar mercados delgados, de distancias cortas o bien disputar el negocio troncal.

El giro confirmo una vez más la sintonía de EU con Brasil, país al que Blinken entiende como su principal socio para asegurar la estabilidad de Latinoamérica. De ahí el sigilo discursivo de Lula sobre el drama peruano y la distancia de su gobierno respecto a Nicaragua, Cuba y Venezuela.

Debe decirse: esa cautela explica además la indefinición de Lula respecto a una visita a México. Actualmente Andrés Manuel López Obrador representa un eje de poder que el ex sindicalista prefiere evadir.