Opinión

¡Que arda todo!

La sociedad no debe preocuparse por los vidrios rotos o monumentos pintados sino por los daños profundos que este silencio asesino.

La lucha en contra de la violencia contra las mujeres sigue siendo una asignatura pendiente en México que no es exclusiva de la actual administración, sino también de anteriores.

Año con año el 8 de marzo son más las mujeres decididas a levantar la voz para hacer visible este flagelo que lacera profundamente a la sociedad, pese a que algunas autoridades pretendan esconder esos pendientes por debajo de la alfombra.

Historias van y vienen de mujeres que han sido víctimas de sus agresores, pero también de un Estado omiso que poco o nada ha hecho por frenar este horror que se vive a diario contra las mujeres, sobre todo en poblaciones vulnerables.

"¡Qué arda todo!" se ha convertido en un grito de lucha del movimiento en defensa de las mujeres, y no es para menos, pues sólo ellas conocen plenamente lo que es vivir con el miedo de no regresar a casa tras ir a trabajar, a la escuela o simplemente a una reunión social.

Y no es para menos. Que el Estado falte a ese "contrato social" establecido en 1762 por Jean-Jacques Rousseau y no provea de seguridad a la sociedad en su conjunto, pero especialmente a las mujeres, no hace sino cuestionar la función del gobierno en curso que no es capaz de garantizar la vida de los gobernados, cuando estos están cediendo parte de sus libertades.

Es por ello que el "¡Qué arda todo!" no debe ser considerado como una afrenta a un gobierno o autoridad en específico sino como un recordatorio de que hay pendientes por atender y de que las mujeres simplemente están cansadas de estar históricamente en el papel de víctimas.

Como varón resulta muy difícil redactar un texto en apoyo a las mujeres en este 8M, porque uno no ha vivido en carne propia sus experiencias y sólo ellas saben lo que es vivir desde el inicio de sus días con miedo por ser violentadas, relegadas, acosadas o minimizadas. Sin embargo hay datos que nos pueden ayudar a dimensionar el problema.

Según cifras oficiales, de 2015 a enero de 2023, se han registrado 6 mil 543 feminicidios pues desde esa fecha comenzaron a clasificarse así los crímenes contra las mujeres, sin embargo a esta cifra no se suman los asesinatos de mujeres que se quedan como homicidios dolosos o culposos, es decir que aún hay una cifra negra que no es reportada.

Esto da un giro dramático al caso, pues por ejemplo, aunque en 2022 se reportaron al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) 948 feminicidios, la autoridad reportó que 2 mil 807 mujeres fueron asesinadas de manera violenta; es decir, sólo el 33% de los casos se clasifican como feminicidios.

Además, las niñas están especialmente siendo afectadas por esta violencia homicida, pues en 2015 se registraron 50 asesinatos de menores, y desde entonces la cifra ha ido en aumento hasta registrar 115 en 2020, es decir un aumento de más del 100 por ciento, pese a que en 2022 bajó a 95.

Es por eso que este 8M es tiempo de "¡Qué arda todo!" y que la sociedad no debe preocuparse por los vidrios rotos, monumentos pintados o los eventuales daños materiales que se puedan presentar, sino por los daños profundos que este silencio asesino conlleva en contra de las mujeres y con ello, en contra de todos nosotros.

"¡Qué arda todo!"

Twitter: @campudia