Elecciones 2023

90 días

Macri, Cristina, Massa, Alberto, empiezan a desplazar hacia Mayo su decisión. Apenas 90 días que llevarán las tensiones al límite.

Todas las decisiones importantes de la política argentina empiezan a desplazarse a Mayo. Si Macri juega, si Alberto se baja o insiste en buscar su reelección, si Massa ¿revisa? su rechazo a ser candidato, y porque no, si Cristina se deja seducir por el operativo clamor que ella misma deja correr y acepta presentarse.

Es Mayo porque en Junio vence el plazo para presentar listas. Está de moda acusar a Alberto de procastinador, pero se ve que la patología es contagiosa.

¿Qué podemos esperar hasta entonces? El caos habitual, que nos encanta dramatizar al mismo tiempo que lo navegamos con cierto acostumbramiento. Hola inflación.

Pero si se mira más de cerca hablamos de rangos. No todo caos es igual. Seis por ciento mensual es abismo, cinco es ola de calor fuerte, cuatro están para pelearla. Y en esas franjas se mueve la candidatura de Massa, el candidato más serio y más complicado del oficialismo. ¿Le valorarán que le puso el cuerpo a una misión imposible o quedará aplastado bajo el índice que difunde Marco Lavagna desde el Indec?.

Cristina por ahora avisa que quiere liderar la campaña, como hizo en el 2019 con las 18 localidades de todo el país que visitó con la excusa de Sinceramente. ¿Es el paso previo a ser candidata? ¿A operar para bajar a Massa, Alberto y cualquier otro que se anime? ¿O de verdad no quiere presentarse y sólo aceptaría pensarlo si se produce un vacío? No lo sabemos.

No todo caos es igual. Seis por ciento mensual es abismo, cinco es ola de calor fuerte, cuatro están para pelearla. Y en esas franjas se mueve la candidatura de Massa.

Ella se equivocó cuando luego de su condena anunció que no iba a ser candidata a nada. Dejó a La Cámpora sin leverage para el cierre de listas. Ahora hay que alimentar misterios, dejar correr insinuaciones, abrir espacios de incertidumbre que le permitan recuperar ese poder abandonado.

El kirchnerismo quiere que Alberto anuncie este mes que no competirá por su reelección, para tener las manos libres para armar y desarmar. Por el discurso que dio ante la Asamblea Legislativa, el Presidente no parece interesado en cumplir ese deseo.

Esta tensión, hoy central en el dispositivo de poder peronista, es funcional a Massa. El ministro necesita tiempo para ver si logra bajar la inflación. Mayo puede ser mejor que Marzo para definir si juega. No sean malos, de esperanzas también se vive.

Kicillof y Máximo lograron reconstruir un nivel de convivencia y en el kirchnerismo dicen que ya está decidido que el gobernador buscará su reelección. Wado de Pedro es un proyecto, cuando casi no hay tiempo para proyectos. Así está el peronismo, al borde de no tener candidato y con alguna chance de apoyarse sobre su menguada base histórica y pelearla, apalancado en la gran incógnita de la elección: ¿Cuántos votos le sacará Milei a Juntos?

Enfrente un dato clave: El encuestador español Zapata ya se instaló en el país para hacer un enorme trabajo de campo de seis semanas que permitirá definir medir el pulso de la elección. El socio de Durán Barba combinará encuestas tradicionales con focus group. ¿Un insumo para la decisión de Macri?

Mientras tanto, Juntos se prepara para una interna de las duras entre Larreta y Bullrich, sin tener resuelta la sucesión en la Ciudad, ni como se articula el acuerdo con el radicalismo o los radicalismos. La alianza está al borde de la ruptura en Córdoba, Tucumán, Mendoza, Neuquén y Chubut. La situación sería grave sino fuera porque el desorden en el campamento peronista es aún mayor.

Tenemos entonces un país transitando un régimen de alta inflación que muerde los tres dígitos, con la infraestructura eléctrica al límite, con sequía histórica, cepo y problemas en la industria por falta de insumos, con reservas mínimas, con juicio a la Corte, con una economía recalentada que empuja el consumo, con boom de turismo, con obra pública, con bajo desempleo y salarios que no alcanzan, todo bajo un ajuste monitoreado por el FMI.

Ese ese pequeño infierno, las tensiones se filtran a los partidos, que en un movimiento fractal, como un vidrio que estalla, van ramificando la grieta de la grieta de la grieta. ¿Sobreviviremos? Es probable que sí. Cuando parezca que todo se acaba, siempre nos quedarán las PASO. El voto sigue intacto como instrumento de definición, cuando se agotan las maniobras. El caos siempre se expande antes del cierre de listas, cuando están en juego rupturas, amenazas y acuerdos inesperados.

Son apenas 90 días.