Cuauhtémoc Blanco cada vez más convencido de disputar la sucesión de Sheinbaum en CDMX
El gobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco cada vez está más entusiasmado con la posibilidad de disputar la sucesión de Claudia Sheinbaum en la CDMX. Así lo dice en privado y en esos mismos ambientes aseguro haberle mencionado esta aspiración incipiente a Andrés Manuel López Obrador. El astro futbolítico incluso estaría dispuesto a ser candidato a senador por la Capital, dejando así de lado el comfort de la nominación pluri.
Blanco ha encargado encuestas para análisis personal que le indican que hoy por hoy el único candidato que le sacaría una ventaja ostensible sería el secretario de Seguridad Omar García Harfuch. Luego aparece en una línea de flotación similar con Rosa Icela Rodríguez, Ricardo Monreal o Clara Brugada. El dato que más lo motiva, y es entendible, es que el grueso de los coinsultados saben poco o nada de su gestión en Morelos, signada por el alza de la criminalidad.
El gobernador cree que sus chances mejoran todavía más si se considera que Omar García Harfuch desistiría de contender y esperaría un encargo federal en el próximo sexenio morenista. Sobre ese puntos hay historias contradictorias entre las "corcholatas" capitalinas. Rosa Icela por ejemplo cultiva la teoría de que García Harfuch tiene una operación electoral territorial ya en marcha en todas las alcaldías de la Capital.
El gobernador de Morelos cree que ese plan no está del todo suspendido por la cobertura negativa que recibe de TV Azteca, señal de buena llegada al secretario de Seguridad capitalino.
Blanco además entiende que el Gobierno le está quedando a deber ya que prácticamente perdió el control de su sucesión: Margarita González Saravia, directora de Loteria Nacional es el plan A mientras que el funcionario de Palacio Rabindranath Salazar es la segunda opción. Ambos caminos son rechazados por Blanco.
El problema es que el gobernador no genera el mínimo entusiasmo en dos figuras clave: la propia Sheinbaum a quien aspira a suceder y la Primera Dama Beatríz Gutiérrez, quien ha creído los relatos más truculentos de la gestión de Blanco en Morelos.