Brasil

Preocupación en el entorno de Lula por la ofensiva del bolsonarismo para quedarse con la presidencia del Senado

El Presidente defiende la continuidad de su aliado, Rodrigo Pacheco, pero en las últimas horas surgieron apoyos para el bolsonarista Rogério Marinho. Negociaciones contrareloj.

Brasil tendrá la segunda elección luego de los comicios de octubre del año pasado. Se trata de la votación que decidirá la continuidad o no de las presidencias de la Cámara de Diputados y Senadores que se llevará a cabo este miércoles. Para Lula lo que surja de ahí es clave porque determinará el tipo de relación que tendrá con quienes manejas los hilos del debate parlamentario durante los próximos dos años. 

El PT y aliados no tienen la fuerza suficiente como para imponer un nuevo jefe en Diputados y por eso, todos los caminos conducen a la reelección de Arthir Lira, ex aliado de Bolsonaro y uno de los líderes del Centrao. Lira maneja los tiempos de los debates parlamentarios, el presupuesto y, lo más importante, la llave para iniciar un juicio político. 

Ahora Lula evalúa disputar la presidencia de la Cámara de Diputados

El diputado metió hombres de confianza en el gobierno anterior, cerró un presupuesto paralelo e hizo campaña por Bolsonaro, sin embargo, rápidamente se alineó con el nuevo presidente, fue el primero en reconocer el resultado de las urnas y una de las voces que condenó los actos antidemocráticos del 8 de enero en Brasilia.  

"Lula y Lira no se quieren, se desconfían, pero se entienden a base de pragmatismo", reconoció una fuente legislativa a LPO. Un sector del PT reconocer que la elección de Lira sin competidores le pone un traje de "superpoderoso" que puede ser contraproducente para los intereses del oficialismo, por eso, no descartan presentarle un adversario a último momento. 

Quien si tendrá un contrincante será Rodrigo Pacheco en el Senado. El mineiro tiene una excelente relación con Lula, nunca formó parte de la base de apoyo del bolsonarismo y construyó un perfil institucionalista a ultranza que le abre la posibilidad de cosechar apoyos diversos.  

El bolsonarismo considera Pacheco será un aliado del Presidente dado que su partido, el PSD, anunció su apoyo a Lula e integrará al base de apoyo parlamentario, además de haber sumado algunos ministro al Gabinete como Alexander Silveira en Minas y Energía y Carlos Favaro en Agricultura

El bolsonarismo considera Pacheco será un aliado del Presidente dado que su partido, el PSD, anunció su apoyo a Lula e integrará al base de apoyo parlamentario, además de haber sumado algunos ministro al Gabinete como Alexander Silveira en Minas y Energía y Carlos Favaro en Agricultura. Por eso, lanzaron la candidatura de Rogério Marinho, senador del Partido Liberal y ministro de Desarrollo Regional durante el gobierno de Bolsonaro. 

El Centrao y Bolsonaro dominarán el Congreso y reducen a Lula 

Pacheco cuenta con el apoyo formal del PT, MDB, PDT y PSB, que, sumado al PSD, cuentan con 42 senadores, uno más de los necesarios para ser electo. Marinho comanda un bloque de 23 parlamentarios compuesto por PL, PP y republicanos, y sumó en las últimas horas al PSDB, ex partido del vice Geraldo Alckmin. La apuesta del bolsonarismo es llegar a los 43 apoyos que le permite acercarse a la victoria o, en su defecto, garantizarse la vicepresidencia. 

De esta manera, ambos buscan parlamentarios de siglas que aún no han declarado bando en la disputa, como Unión Brasil y Podemos, que en conjunto suman 16 diputados. 

Pacheco cuenta con el apoyo formal del PT, MDB, PDT y PSB, que, sumado al PSD, cuentan con 42 senadores, uno más de los necesarios para ser electo. Marinho comanda un bloque de 23 parlamentarios compuesto por PL, PP y republicanos, otrora base de apoyo bolsonarista y sumó en las últimas horas al PSDB, ex partido del vice Geraldo Alckmin, que le permite acercarse a la victoria (con 46) o, en su defecto, garantizarse la vicepresidencia.

La particularidad de esta votación es que, más allá de los anuncios públicos, el voto en el Congreso es secreto fortaleciendo la negociación individual por sobre los acuerdos partidarios. 

Lo cierto es que, a un mes de haber asumido, Lula pone en juego buena parte de las alianzas de gobierno que diseñó para tener tranquilidad en la gestión. Un revés podría significar un duro golpe y adelantar cambios en la estrategia de relacionamiento con el Congreso.