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Alfaro teme que la detención de capo afecte sus planes electorales y cree que la 4T impulsa al Cartel de Sinaloa

Inquietud por la detención realizada por Sedena. Elude definición. Revelaciones de Guacamaya.

 Enrique Alfaro está en alerta luego de que hoy martes la Sedena informó sobre la captura del hermano del jefe del Cartel Jalisco Nueva Generación. El gobernador de Jalisco teme que este arresto devenga en un espiral de violencia que termine de dejarlo completamente fuera de la arena electoral para 2024.

Alfaro de hecho transcurrió la jornada en asuntos menores,  como su reiterada propuesta de nuevo pacto fiscal (con elementos de corte inviable) o su predicción futbolística de que el año que viene las Chivas de Guadalajara se consagrarán en la liga mexicana. 

El temor es entendible porque Alfaro fue votado para gobernador para resolver la crisis de seguridad que venía del sexenio priista, algo que según datos oficiales, no solo no se resolvió sino que se agravó y de ahí que el gobernador tenga una aprobación en su propio Estado que en ninguna encuesta seria rebasa los 35 puntos. Aún así persiste en su proyecto presidencial.

Alfaro, como otros gobernadores de oposición, es un convencido de que el Gobierno Federal busca una hegemonía del Cartel de Sinaloa con la finalidad de que este logre pacificar al país al anular a otras bandas criminales. El temor de ese rumbo es que los conflictos entre bandas tendrían lugar en entidades con gobiernos distantes a la 4T.

Un esquema, según entiende Alfaro, típico del siglo pasado y diferente a la guerra total promovida por Felipe Calderón y muy distante a los presuntos acuerdos impulsados en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Meses atrás funcionarios ligados a Alfaro fueron señalados en la filtración de la Sedena realizada por el colectivo Guacamaya por presuntos nexos con el CJNG.