Monasterio rechaza los presupuestos madrileños y el entorno de Ayuso pronostica el desplome de Vox
La dirección nacional de Vox ha concluido que, si el partido busca una remontada en mayo, entonces hay que distanciarse del PP. El rol de socio menor en un eventual gobierno de derechas en España condicionó a la formación ultra, que rebajó los cruces con los populares para concentrarse en los ataques a la izquierda y las fuerzas independentistas. Pero la estrategia en Madrid preanuncia una ruptura.
Vox se niega a apoyar los presupuestos de Isabel Díaz Ayuso tras denunciar que la Mesa de la Asamblea rechazó registrar sus enmiendas por hacerlo fuera de tiempo. Los de Rocío Monasterio adujeron un "fallo informático", pero la presidenta madrileña dijo que a diferencia del Parlament o el Congreso, la Asamblea regional respeta la puntualidad y no hace favoritismo. Esa respuesta fue un regalo para Vox.
Ayuso y sus consejeros responsabilizaron a sus aliados y sostienen hasta ahora que Vox boicoteó las negociaciones para acordar las cuentas. Sin embargo, Puerta del Sol moderó el tono porque ve la crisis con Monasterio como una ventana de oportunidad de cara a las municipales y autonómicas, es decir, lograr una "ola azul" en la Comunidad de Madrid, sobre todo a costa de Vox.
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal conversan en el Día de la Hispanidad.
En el plano nacional, los dos partidos se entienden mejor, aunque Santiago Abascal está aprovechando su momento con el intento de moción de censura contra Pedro Sánchez y espera empujar a la formación en los territorios. Madrid es uno de ellos y Ayuso lo sabe. Cuando Javier Jiménez Losantos le sugirió que reconsiderase la alianza con Vox, la presidenta madrileña le recordó que el grupo de Monasterio no siempre ha sido leal al PP.
La jugada de Vox es arriesgada, al menos en Madrid. "Isabel es imbatible y en Vox saben que es así", dicen a LPO desde la rama madrileña del PP. La mandataria popular pocas veces confronta con Vox y ha reconocido que en Sol y en Génova deben entenderse con Monasterio y Abascal. Pero los votantes de Vox simpatizan con Ayuso, que apuesta a captar parte de ese voto para alcanzar una mayoría absoluta.
Fuentes de la Real Casa de Correos admiten que la campaña buscará hacerse de esos electores, como también de los votantes del PSOE desencantados o "espantados" por la reforma del Código Penal por parte de Sánchez. En una entrevista a Monasterio publicada por 20minutos este jueves, la portavoz de Vox en la Asamblea propuso negociar unos nuevos presupuestos y aprobarlos en enero.
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No es la primera vez que Vox escatima su apoyo a Ayuso. En este caso, el desencuentro sirve más a los de Monasterio en el corto plazo y perjudica a la presidenta. Pero a medio plazo puede ser todo ganancia para el PP madrileño. Vox asegura que los populares pactarán con la izquierda en la Asamblea, lo que le permite demostrar a los votantes de derechas que es la única formación que puede representarles.
Isabel Díaz Ayuso junto al consejero de Presidencia, Justicia e Interior de Madrid, Enrique López, este jueves en el pleno de la Asamblea.
Con todo, quien está a cargo del Ejecutivo regional es Ayuso. Si el eslogan de "comunismo o libertad" le sirvió en tiempos de confinamiento para ganar las elecciones de mayo de 2021, ahora aumentará la retórica anti Sánchez y hará de Madrid un bastión de resistencia contra la alianza del PSOE con la izquierda y los separatistas que se propone, supuestamente, terminar con el Estado de Derecho. En esos términos y en sintonía con Génova.
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Ayuso se mantendrá como la principal figura que antagoniza con Sánchez. Monasterio es consciente de ello y trata de empantanar a la presidenta en la gestión. El plan puede volverse contraproducente y comprometer la presencia de Vox en una de las plazas más simbólicas para la derecha. Por eso Ayuso está esperando que sea Vox el que dé el próximo paso.