El PP cree que la reforma al código penal es un "punto de inflexión" para Sánchez, pero descarta una moción de censura
En Génova no se dejan condicionar por Vox. La formación ultraderechista insiste con una moción de censura contra Pedro Sánchez, pero los populares consideran que la jugada es innecesaria porque queda un año para agotar la legislatura y, además, está pensada para apuntalar a Santiago Abascal cuando las encuestas le auguran una caída en las urnas. En el PP prefieren la estrategia de desgaste para que el PSOE llegue lo más debilitado posible a mayo, la primera de las contiendas electorales de 2023.
Los populares viven el momento actual como un "punto de inflexión" en la legislatura liderada por los socialistas, cuentan fuentes del partido a LPO. La reforma al delito de sedición fue criticada en público por barones del PSOE y ha generado incomodidad dentro del grupo parlamentario del oficialismo. Más tarde, el anuncio de cambios en el delito de malversación dejó aislado a Sánchez. Incluso figuras leales al presidente, como el secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, se mostraron en contra.
Feijóo busca extinguir a Vox y forzar un adelanto electoral en Valencia antes de mayo
Hasta Unidas Podemos se ha desentendido del pacto entre ERC y Moncloa. Aunque hay divisiones en el espacio confederal, ninguno quiere pagar el precio de una reforma que pueda terminar beneficiando a políticos corruptos. Según pudo saber este medio, UP no busca tanto hacer valer su poder negociación con el socio mayor de gobierno, sino desmarcarse de una medida que apenas tiene consenso social amplio y contradice la prédica de la formación respecto a la transparencia.
Santiago Abascal, líder de Vox, presiona al PP para que se una a la moción de censura.
El PSOE jura que no habrá despenalización de los delitos vinculados con la corrupción, aunque el PP denuncia que el gobierno intenta "abaratar" los penas por malversación. Desde Génova aseguran a este medio que "Sánchez deberá explicarles a los españoles por qué está cediendo una a una a las demandas de sus socios" y defienden que ganarán el debate de cara a la opinión pública. El cálculo, dicen, es evidente: una reforma exprés preparada por los republicanos catalanes y una relativización del uso indebido de fondos públicos.
Alberto Núñez Feijóo sigue apegado a su estrategia para impulsar una ola azul en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Extremadura en mayo y un despegue en Cataluña y el País Vasco en las generales de fin de año. Sin embargo, el líder del PP avala la campaña que apunta a Sánchez por las modificaciones al código penal y el cambio de las mayorías para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en los términos más duros, es decir, con alusiones al autoritarismo y al presunto ataque al Estado de Derecho.
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En cierta forma, Feijóo aceptó el juego de Isabel Díaz Ayuso, quien instaló la idea de que Sánchez está tramando la destrucción de la Constitución y claudicando ante sus aliados independentistas en el Congreso. La tesis de la presidenta madrileña fue incorporada luego por Abascal y la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. El sábado, Cuca Gamarra adelantó que el partido recurrirá las reformas penales del gobierno, pero aclaró que "no estamos para dar oxígeno a Sánchez".
Esa coincidencia entre Génova y Puerta del Sol fue confirmada hoy por Díaz Ayuso, quien apuntó que si la derecha avanza con la moción de censura, Sánchez "va a ganarla". "Lo que sirve es la revolución de las urnas y que el 28 de mayo, en cada pueblo de este país hay que sacar a este PSOE de Sánchez de las instituciones", dijo la dirigente popular.
La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
No será Vox el que marque la estrategia de los populares, afirman en Génova, ya que es el PP la fuerza dominante en la derecha y decidirá los términos del regreso a Moncloa. Feijóo sostiene que Sánchez ha quedado en evidencia, incluso para muchos de sus votantes, al apurar las demandas de ERC. Por eso este lunes se lanzó a exigir un adelanto de elecciones para frenar la "progresiva quiebra constitucional".
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Mientras más se reafirme el PSOE en la reforma del código penal y las mayorías para renovar el CGPJ, mejor para el PP. No habrá moción de censura, sino un plan para horadar a los socialistas y al "sanchismo" para desacreditarles de cara a 2023. El PP, como alternativa, quiere que Sánchez cumpla con sus socios para que quede expuesto. Los populares prometieron que en caso de volver al Ejecutivo central deshará el legado del presidente.