Diplomacia

El Biden que viene a México

Detalles y giros en la política de EU rumbo a la cumbre de enero en CDMX.

 El viaje de Joe Biden a México está confirmado para enero, cuando se reunirá con Andrés Manuel López Obrador y Justin Trudeau en una cumbre que puede ser determinante para lo que queda de la relación bilateral entre el demócrata y el jefe de Morena. Días atrás hubo alguna duda sobre la presencia del presidente de EU que fue completamente despejada en las últimas horas.

El Biden que llegará a México es distinto al que López Obrador ha tratado en ocasiones anteriores. El mandatario viene fortalecido por una elección intermedia que se pronosticaba como desastrosa, pero que ha dejado a los demócratas en control del Senado y a los republicanos con una mayoría en la Cámara de Representantes que no es considerable.

Biden viene a México con el plan para su reelección en marcha. El comité nacional demócrata, conducido por el político de Carolina del Sur, Jaime Harrison, ya redacta los reglamentos en el esquema de primarias que dan la pista de que la intención es que no haya competencia interna porque el presidente va por otros cuatro años.

Harrison además difunde sondeos que entusiasman a los demócratas, como el realizado por Marquette Law School, que dice que en una contienda Trump-Biden el presidente tiene una ventaja de 10 puntos mientras que en una competencia contra Ron De Santis, el nuevo fenómeno de la esfera republicana, habría un empate en 42% de los votos.

Esos números permean en los dichos y en la conducta de Biden. El pasado 29 de noviembre fue a Bay City, en Michigan, donde dijo estar enfocado en la carrera por los chips contra China y habló en términos temporales que indican la necesidad de un segundo mandato.

En Washington, por otra parte, hace una semana Biden le organizó una cena de estado a Emmanuel Macron con 300 invitados, la primera post-pandemia donde el presidente se mostró exultante y enérgico en su brindis con quien entiende como su principal aliado en una Europa en guerra: "Vive la France and God bless America,".

En esa velada estuvo Terry Mc Auliffe, uno de los principales recaudadores de fondos de las campañas demócratas (en algún momento sonó como posible embajador en México) y el portal Político instaló la sospecha de que pronto se sumará al staff de la Casa Blanca para ajustar una próxima campaña de reelección.

Un Biden más fuerte es un desafió para López Obrador porque las elecciones pasadas, así como la reciente votación para el Senado en Georgia que tuvo a los demócratas por ganadores, le dicen a Biden que la crisis migratoria en la frontera es grave pero no necesariamente capitalizada por los republicanos en materia electoral.

Si la frontera pierde intensidad como tema común, Biden se puede enfocar de lleno en la cuestión comercial, que es el terreno más delicado para López Obrador y donde su Gobierno se encamina a protagonizar una controversia en el marco del T-MEC tanto por temas energéticos como por el rechazo al maíz de EU.

Biden ya no se mostrará ante López Obrador como un presidente acosado por la inflación y la salida de la pandemia. Ahora entrará a escena con una ilusión de futuro mientras que su anfitrión iniciará, el mes que viene, un sendero que termina en la despedida del poder.